"Lucharemos hasta el último día": voces de Bucha, donde Rusia cometió una de las mayores masacres de la guerra
Cobertura especial de ‘Hoy por Hoy’ con Àngels Barceló desde Bucha e Irpin, donde las fuerzas rusas cometieron graves abusos contra la población civil calificados de crímenes de guerra por la comunidad internacional
Madrid
La directora de ‘Hoy por Hoy’, Àngels Barceló, se ha desplazado con un equipo de enviados especiales de la SER a Ucrania, en el primer aniversario de la invasión rusa. Nicolás Castellano, Nacho Palomo y Emilio Arellano, narran y describen cómo está el ambiente en algunas de las ciudades más afectadas por el conflicto.
A través de los micrófonos de Àngels, Nicolás Castellano y Nacho Palomo, conocemos la situación en Bucha, localidad cercana a Kiev marcada por la masacre de civiles de los primeros días de la guerra que hoy ha visitado el presidente Pedro Sánchez.
Padre Andri, cura de la iglesia de Bucha. / Nicolás Castellano
Desde la calle Yablunska, famosa por las imágenes de la matanza, hemos escuchado testimonios como el del padre Andri, cura de la iglesia de Bucha, que ha recordado la tristeza e indignación que sintieron tras descubrir los cadáveres de la fosa común que se halló en la población al inicio de la invasión rusa. Ahora en esa iglesia hay un memorial: "Mañana va a hacer un año que nuestro país está en guerra y nadie en el mundo decía que íbamos a aguantar. Vamos a luchar hasta el último día, cuando se acabe la guerra. Gracias a todo el mundo que nos apoya".
Desde la fosa común de Izzum
Con Nicolás Castellano hemos recordado otra de las grandes masacres de la guerra, la de Izzum, donde los rusos abrieron una enorme fosa común con más de 400 cuerpos en un bosque a las afueras de la ciudad. La SER se ha desplazado hasta esa fosa común donde fue enterrada Luva (45 años), que murió en el jardín de su casa donde cayó un misil ruso. Andri, su marido, de 44 años, nos ha contado cómo fue el momento en el que al final supo donde los rusos habían arrojado el cadáver de su mujer y cómo fue el día que acudió a la fosa común a ver cómo la desenterraban.
Solo pudo hacer un funeral digno por la memoria de su mujer y enterrarla dignamente 4 meses después, cuando la zona fue liberada: "Estoy muy desanimado. No tengo trabajo, tengo un hijo de 14 años y mis padres están conmigo. No tengo intención de salir de Izzum, no tengo dónde ir", relata. Él era de los “afortunados” que recibió un certificado de la muerte de su mujer y supo que estaba enterrada en el bosque.
Anabell Sotelo, actriz del English Theatre de Kiev: "Recuerdo pensar que por qué teníamos que ver esto"
12:54
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Otra de las voces que han sonado ha sido la de Anabell Sotelo, actriz del English Theatre de Kiev. Anabell ayudó a militares y periodistas a moverse por Bucha cuando las fuerzas armadas ucranianas recuperaron la ciudad. Un trabajo, el de 'fixer', que nunca había hecho y que le ha marcado para siempre, porque vio cosas que jamás esperaba. Anabell ha reflejado en su charla con Àngels toda la violencia que ha habido durante estos 12 meses, especialmente contra las mujeres. "Recuerdo pensar que por qué teníamos que ver esto".
José Iglesia y Olíver Pérez, encargados de recopilar pruebas de la violencia del ejército ruso en Ucrania
05:46
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Varios han sido los investigadores españoles los que se han desplazado hasta Ucrania para recopilar pruebas de la violencia sexual del ejército ruso durante su invasión, tanto de la masacre como de sus crímenes sexuales. José Iglesia es inspector de la Policía Nacional y lidera el grupo EPA, y Olíver Pérez es comandante de la Guardia Civil. Ambos han estado colaborando con las fuerzas armadas ucranianas y cuentan a Àngels Barceló cómo desarrollaron su trabajo.
La bebé Emma, un año después
En este programa especial hemos vuelto a recordar la historia de la bebé Emma, que con cinco meses tuvo que huir de Irpin, su ciudad, ante la invasión rusa. Al principio de la guerra hablamos con Julia, su madre, y hoy, un año después, la familia de Emma ha vuelto a pasar por los micrófonos de la SER. Julia y Emma viven en su apartamento de escasos 40 metros en una décima planta de un edificio de Irpin. Regresaron allí antes del verano: "Ha sido el año más duro de mi vida", cuenta, y reconoce que nunca se va a sentir tan segura como antes de la guerra.
