Solo el 44% de niños y adolescentes con conducta suicida recibe tratamiento psicológico
Los expertos alertan del aumento de los intentos de acabar con la vida
El 024, el teléfono de prevención del suicidio, recibió desde que Sanidad lo puso en marcha el pasado mes de mayo más de 93.000 llamadas de petición de ayuda, el 30% han sido de personas menores de 30 años. Suponge 344 llamadas al día, 14 cada hora. Se atendieron 2.500 situaciones críticas, lo que técnicamente se denomina suicidios en curso. Las cifras ponen de manifiesto la magnitud del problema que se ha agudizado con la pandemia, también entre los menores.
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Todos los estudios y expertos alertan de que las conductas suicidas se han disparado entre los niños y adolescentes y que estamos ante tasas muy elevadas. Según un estudio de la Fundación ANAR, los intentos de quitarse la vida que ha atendido se han multiplicado por 26 en la última década. Diez mil casos desde 2022 y siete de cada diez desde la pandemia. Las llamadas por intentos de suicidio e ideas suicidas alcanzaron el año pasado el pico.
Sin embargo, no hay recursos sanitarios suficientes para hacer frente a esta situación. Solo el 44% por ciento de niños y adolescentes con conducta suicida recibe tratamiento psicologico. Ni siquiera en los casos más graves, aquellos que han intentado suicidarse: solo el 55% estaban con terapias, señala el director de la Fundación Benjamín Ballesteros. “Cuando les preguntamos cuáles son las causas nos dicen que el sistema está colapsado, que no reciben la atención con la frecuencia que la solicitan, que además cuando acceden se encuentran por parte de los profesionales falta de empatía o interés por su caso y por último que no se pueden permitir un tratamiento privado porque es muy costoso y no pueden pagarlo”.
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El maltrato, el acoso escolar, la violencia sexual, la depresión, tristeza, ansiedad o trastornos alimentarios son problemas asociados a las ideas suicidas. Ballesteros dice que hay que estar atentos a las autolesiones porque son el principal predictor de estas conductas. ANAR tiene identificados los perfiles y grupos de riesgo: adolescentes con discapacidad, niños y niñas de familias migrantes y menores LGTBI.
“Son mucho más vulnerables porque existe mayor discriminación y exclusión”. También les preocupan los casos que están viendo de menores de diez años víctimas de acoso escolar. Los expertos en salud mental explican que nunca se puede atribuir el suicidio a una sola causa. Es un fenómeno multicausal en que el influyen varios factores. Esta es una de las recomendaciones que hacen a los medios de comunicación para tratar con responsabilidad y sin morbo un problema que tiene detrás gran sufrimiento y desesperación de las personas.
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