"El uso de un calzado no respetuoso en niños puede aumentar de riesgo de atrofia muscular cuando sean adultos": la advertencia de una podóloga

Madrid

Las redes sociales han diversificado áreas de conocimiento, donde hay un público para casi todo. Si interesa la carpintería, la cocina o aprender a hacer malabares, seguro que hay canales e influencers expertos sobre el tema. Una de las últimas tendencias se basa en cuidar de la salud de nuestras pisadas.

Neus Moya es podóloga infantil y arrasa en redes sociales con 240 mil seguidores, entre los que se encuentra un séquito de padres y madres preocupados por la salud de los pies de los más pequeños. ¿Cuándo es el mejor momento para comenzar a implementar el calzado a nuestros hijos?, esta es una de las dudas más frecuentes cuando tratamos de introducirnos en el mundo del calzado infantil. La podóloga considera que el mejor momento es a partir de que comienzan a caminar y el indicativo perfecto es cuando "el niño es capaz de dar 10 pasos sin caerse". Neus explica que el zapato actúa como protector del pie. Pero, lo mejor es que los niños anden descalzos el mayor tiempo posible, ya que el contacto directo con el suelo hace que se produzca mayor estímulo y libertad a la hora de andar.

Moya nos da las claves para elegir el calzado indicado para nuestros pequeños: "Hay que tener en cuenta que el zapato cuente con una suela muy fina, dura, no tiene por qué ser amortiguadora, y muy flexible. La puntera debe ser especialmente ancha y anatómica, sin altura posterior y anterior y sin contrafuerte". Además, comprar zapatos no es solo cuestión de ir a una tienda y elegir el modelo que más nos guste, sino que hay todo un ritual a seguir para encontrar el calzado más respetuoso para el pie de nuestros hijos. Neus Moya aconseja que antes de ir a comprar un zapato es importante tomar la medida dibujando el contorno del pie en un trozo de cartón, para luego recortarlo y tenerlo como plantilla con la que probar los zapatos.

Además, la podóloga infantil pone el foco en que elegir un calzado respetuoso con la fisionomía del pie desde pequeños evita el riesgo de atrofia muscular y problemas como tendinitis, fascitis plantar o la formación de juanetes en la edad adulta. Por último, concluye que: "Los niños suelen correr con los pies dirigidos hacia los lados y pueden sufrir caídas. Por lo que, siempre es mejor optar por zapatos que sujeten el tobillo".