Así surgió 'Al filo de lo imposible': "Tenía una vida ordenada, me propusieron hacer dos ochomiles y tiré todo por la borda"
Sebastián Álvaro dirigió durante veintisiete años el exitoso programa de La 2 que puso de moda el alpinismo en España
Así surgió 'Al filo de lo imposible': "Tenía una vida ordenada, me propusieron hacer dos ochomiles y tiré todo por la borda"
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Cuando Sebastián Álvaro empezó a dirigir Al filo de lo imposible, la televisión tenía solo dos canales y en España se hablaba entre poco y nada de alpinismo. La apuesta de dedicarle un programa a ese deporte era arriesgada, pero funcionó. Hasta 12 millones de espectadores llegaron a sentarse frente al televisor para ver a un grupo de personas jugarse la vida en la montaña. Álvaro fue el primer sorprendido. "En España no había tradición montañera y en mi casa tampoco. Yo tenía una vida ordenada, pero me propusieron hacer dos ochomiles y tiré todo por la borda", cuenta en 'El Faro'. El programa se emitió durante 27 años en La 2 y el director explica su relevancia en una sola frase: "Cuando en el mundo solo había siete alpinistas que habían conquistado las 14 cumbres de 8.000 metros, cuatro eran de Al filo de lo imposible".
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La idea del programa surgió prácticamente por casualidad. "La mayoría de cosas importantes surgen sin darnos cuenta", matiza Álvaro. Un compañero le propuso hacer un pequeño documental en el que estuvo trabajando un año y que tuvo mucho éxito. Después de aquello, vinieron cientos de programas sobre el montañismo, desde 1981 hasta 2008. Y todos los hizo con un propósito en mente, el que le dijo la primera persona que le autorizó el presupuesto de Al filo de lo imposible: "Que no se te olvide nunca que los programas que hacemos son para elevar el nivel cultural de la gente que nos ve". Álvaro cree que ese objetivo se cumplió y que tanto su programa como el de Félix Rodríguez de la Fuente, El hombre y la tierra, "hicieron de España un país más civilizado".
Desde el sofá de casa, millones de españoles conocieron gracias a Al filo de lo imposible las 14 cimas más altas del mundo y fueron testigos de las dificultades que conlleva el alpinismo a ese nivel. "Muchas veces se dice que la montaña es una metáfora de la vida, pero la montaña es la vida misma", resume Álvaro. Algunos de sus compañeros murieron durante los rodajes y otros sufrieron graves accidentes. "En 35 años de expediciones he tenido que convivir con que 33 amigos hayan fallecido, y eso es lo que peor hemos llevado en casa mi mujer y yo", cuenta en 'El Faro'. A la pregunta de si no pensó en tirar la toalla, Álvaro responde sin dudar que nunca se lo planteó. "Yo lo que pensé es que si dejas de ser tú mismo, terminas convirtiéndote en otra persona diferente a la que eres".
Para el director, una de claves de Al filo de lo imposible es que supieron equilibrar la valentía con la sensatez: "A veces fuimos temerarios, pero también supimos llegar hasta un punto y darnos la vuelta".