¿Qué se puede hacer con criptomonedas en España?: desde arreglar el coche a comprar unas zapatillas

Madrid

Las criptomonedas movieron unos 60.000 millones de euros en España en 2021. Unos 1.275 euros por habitante, según datos del Banco de España. Un volumen que seguramente se habrá resentido a raíz del desplome que estos activos digitales han vivido a nivel global en los últimos meses. Pero, aunque las criptomonedas ya no son tan atractivas para millones de inversores, sus defensores insisten en que son el futuro y en que en unos -pocos- años van a sustituir, casi por completo, a la moneda de curso corriente.

Esta sustitución, pese al boom que tuvieron las criptomonedas tras el estallido de la pandemia de Covid-19, apenas ha tenido lugar. Hay muy pocas empresas que acepten el pago con activos digitales. El ejemplo más reciente es Vueling, que hace unas semanas anunció que permitiría el pago con criptomonedas antes de final de año, tras firmar un acuerdo con una plataforma española -auspiciada por Juan Roig, máximo accionista de Mercadona- dedicada a los activos digitales.

¿Hay más casos como el de la compañía aérea? ¿Sirven para algo más las criptomonedas que como depósito de valor? ¿Qué puedo hacer en mi día a día si tengo alguna de las tantas divisas digitales que existen? Son varias de las preguntas que nos hemos hecho en Código de Barras y a las que damos solución en el siguiente reportaje.

Lo primero de todo es conseguir criptomonedas. ¿Cómo de fácil es? Aunque lo más sencillo es adquirirlas de manera online, en casi todas las ciudades se pueden comprar físicamente. Es tan sencillo como acudir a un exchange o casa de cambio e intercambiar nuestro dinero de curso legal por las monedas digitales, al igual que si cambiásemos euros por dólares o pesos -o viceversa-.

En nuestro caso, acudimos a BitBase, una casa de cambio que tiene varios lugares en todo Madrid. En sus establecimientos permiten la compra y venta de criptomonedas tanto con dinero en efectivo como con tarjeta de crédito o transferencia bancaria. Eso sí, como las casas de cambio tradicionales, tienen una comisión nada desdeñable: un 10% si la compra es menos de 1.000 euros y un 8% si la adquisición supera esa cantidad, en el caso del efectivo; y un 5% en el caso de intercambio con tarjeta o transferencia. Una comisión, por cierto, que es la misma a la hora de vender activos digitales.

¿Cómo se realiza esa compra de criptoactivos? A través de un cajero, en el que se mete nuestro dinero o tarjeta. Tras leer una serie de advertencias sobre invertir en divisas digitales, podemos seleccionar la criptomoneda que deseamos comprar y al tipo de cambio que tiene en ese momento -inmediato- con el euro, comisión incluida. Una sencilla operación que nos permite adquirir este tipo de activos en apenas unos segundos. Pero, ¿qué se puede hacer una vez los tenemos?

Tomar algo en una cafetería, comprar ropa o arreglar el coche

Lo más complicado no es hacerse con criptomonedas, sino encontrar lugares donde gastarlas. Hay una página web llamada coinmap que sitúa todos los negocios que aceptan activos digitales como forma de pago en el mundo. También en España. Con un único pero: está desactualizado. Muchos de los establecimientos que aparecen ya no aceptan como moneda las divisas virtuales, e incluso muchos han bajado la trapa. Otros, sin embargo, sí que mantienen la posibilidad de pagar de esta manera, y son negocios variopintos que van desde un gimnasio en Sevilla hasta una cervecería en Alcobendas.

¿Por qué dejan las tiendas de aceptar las criptomonedas como monedas? Por lo general, porque nadie quiso pagar así, según reconocen muchos de sus dueños a la SER. De hecho, muchos de los establecimientos que todavía permiten abonar los costes con divisas digitales no han tenido ningún cliente interesado en liquidar la cuenta de esta manera. Así lo reconoce Iván Nieto, responsable de Alarcauto, taller en Madrid que acepta las criptomonedas como forma de pago.

Pero si se diera el caso, ¿cómo sería la forma de pago? Nieto, que pese a ser un apasionado del mundo cripto cree que no llegará a sustituir a las monedas de curso legal, detalla que en su caso se hace a través de una transferencia a una cartera fría. Un método similar al que aplica G-OLD, una tienda de ropa urbana en el centro de Salamanca. Su dueño, Víctor Viejo, explica que ellos implementaron este método de pago cuando hubo la tecnología suficiente para realizarlo de manera física.

Viejo sí que ha realizado alguna venta que le ha sido abonada mediante criptomonedas, aunque han sido pocos casos. Conoce a muchos poseedores de divisas digitales, pero reconoce que estas personas no quieren gastar comprando sus activos, sino que prefieren mantenerlos como valor refugio.

El arte y las criptomonedas, dos mundos entrelazados

El de los coches o el de la ropa puede que sean dos mundos en los que cueste que las criptomonedas entren como divisa de pago. Pero hay otros ámbitos en los que no sólo tienen cabida, sino que es una forma frecuente de pago. Por ejemplo, el arte. Y no sólo por la relación de las criptomonedas y los NFT a través de la tecnología blockchain, sino porque ambas cosas llegan a servir como valor refugio y, por lo tanto, suelen producirse compraventa de ambos activos.

Artby’s es una galería gallega dedicada a artistas locales y al arte contemporáneo. Su responsable, Camilo Chas, atiende a Código de Barras y relata que aceptan desde 2020 cualquier criptomoneda como forma de pago porque, insiste, la inversión en activos digitales es “muy habitual” en el mundo del arte.

¿Los motivos de que muchas galerías acepten los criptoactivos? Según Chas, dos son las razones: “Dar salida a las obras y no dar la espalda a un mercado emergente, que ha tenido meses de mover el 20% del capital que se mueve en obras de arte”.