Por qué es arte una mesa con 250 kilos de patatas
Visitamos ARCO con un ojo puesto en la comida
Por qué es arte una mesa con 250 kilos de patatas
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Madrid
La comida es una constante en la historia del arte y, de una manera u otra, siempre ha tenido algún protagonismo. Bodegones, retratos de cocineros, cenas ilustres... Los alimentos siempre dicen mucho del dónde, del cuándo y del quién. También en ARCO.
Entre las más de 200 galerías que participaron en ARCOmadrid 2023, la feria de arte contemporáneo más importante y mediática de España, llama nuestra atención una enorme instalación compuesta por una mesa de siete metros de largo con 250 kilos de patatas amontonadas encima y, junto a ella, varios recipientes con líquidos de colores. Es la obra con el título "Naturalizar al hombre, humanizar a la naturaleza" (1977), del artista argentino Víctor Grippo.
Grippo está considerado "el padre del arte conceptual en Argentina", explica Mira Bernabeu, galerista de Mira Madrid. Su carrera abarca desde los años 60 hasta el 2002, fecha de su muerte. Según Bernabeu, "deberíamos considerar a Víctor como un alquimista, un artista que mezcla ciencia, química, filosofía y poesía, mucha poesía".
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Con esta instalación Grippo quería transmitir el mensaje de que la naturaleza necesita el hombre y el hombre a la naturaleza: "Es un equilibrio entre la naturaleza representada a través de las patatas, y también la evolución; esa necesidad del ser humano de desarrollarse, de continuar adquiriendo conocimiento, que está representada por las probetas rellenas de tintes de líquidos de color". En general, los alimentos son una constante en sus obras, sobre todo las legumbres como los frijoles, y también las patatas, que aparecen siempre como símbolo de la conciencia.
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Más adelante, en el pabellón 7 del Recinto Ferial IFEMA Madrid, donde se lleva a cabo ARCO, nos encontramos con otra obra que tiene a la comida como protagonista. Es "El banquete quemado" o "El gran banquete" (2017), de la artista gallega Rosalía Banet: una gran mesa blanca cubierta de dulces negros totalmente calcinados. La escena resulta bastante fúnebre, pero, aun así, a muchos de los visitantes se les abre el apetito.
"Esta pieza la desarrolló en 2017, es un proyecto que tiene como objetivo estudiar los alimentos en el Bajo Imperio Romano. Estamos hablando del siglo III o IV, cuando realmente es un periodo de decadencia", nos dice Rafael Pérez Hernando, galerista que representa a Banet.
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Es precisamente esa decadencia la que ella contrapone con el exceso de los banquetes romanos de aquella época, los postres como una especie de 'muerte anunciada'. "Todo el mundo los identifica como el final: el final de la comida, el final del banquete, el final de una celebración... Pero, en este caso, también está representando el final del Imperio Romano y el final, posiblemente, de algunas sociedades como la nuestra", apunta Hernando.
Y hablando de finales... para el cierre de este reportaje nos fijamos en una fotografía en blanco y negro de Letizia Battaglia, fotorreportera y activista por los derechos de las mujeres y los derechos LGTBI, fallecida hace casi un año. La imagen "Pasquetta al Parco della Favorita" (1984) muestra a una pareja joven dándose un beso al aire libre y sosteniendo un bol de alcachofas entre las manos.
"La 'pasquetta' es el día siguiente de Pascua y, en Palermo, la ciudad de Letizia, tenemos la tradición de ir a comer a un parque que se llama La Favorita", expone el galerista Francesco Panetone. "Las alcachofas, por supuesto, son una comida típica del sur de Italia", añade. A Battaglia le gustaba retratar este tipo de escenas costumbristas, reflejar la cotidianeidad de Palermo y sus hábitos culinarios. Nos dice Francesco que ella era una enamorada de la vida y, al fin y al cabo, para muchos comer es una de las mejores cosas de vivir.
Adriana Calvo Solís
Graduada en Filología Hispánica por la Universidad de Valencia. Especializada en Teoría y Crítica de...