La Justicia, cuestionada y manejada por descarados hilos políticos
Nadie con nombre y apellidos quiere señalar al presidente de la Audiencia que se mensajea con un político implicado en una investigación judicial
Un caso de corrupción que golpea directamente a las instituciones del Estado
Madrid
Ayer a esta hora les contábamos con detalle el contenido de los mensajes de WhatsApp que durante un año se estuvieron cruzando el número dos del ministerio del interior en el gobierno de Mariano Rajoy y el presidente de la Audiencia Nacional en plena investigación del caso Kitchen. El primero le pedía ayuda y consejo al segundo, el segundo nunca dejó de responder en un tono claramente amistoso. Ayer a esta misma hora nos preguntábamos si esto era normal y nos preguntábamos también si el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, podía seguir presidiendo este órgano jurisdiccional.
Un caso de corrupción que golpea directamente a las instituciones del Estado
Más información
Bueno, pues, me temo que tenemos la respuesta a las dos preguntas. Sí puede seguir presidiendo la Audiencia Nacional porque, más de 24 horas después de que la SER haya hecho público este escandaloso cruce de mensajes, José Ramón Navarro sigue en su puesto, y debe ser normal su comportamiento porque en la judicatura nadie levanta la voz, al menos públicamente. El juez que tiene el sumario sobre la mesa con el volcado de todos los WhatsApp no tiene intención de investigarlo, tampoco lo va a hacer el Consejo General del Poder Judicial, y jueces y magistrados que, en privado, se manifiestan escandalizados por todo esto, quieren mantener el anonimato. Nadie con nombre y apellidos quiere señalar al presidente de la Audiencia que se mensajea con un político implicado en una investigación judicial.
Realmente, es descorazonador. Y lo es porque este es un caso de corrupción que golpea directamente a las instituciones del Estado. Lo es porque la exigencia a la política para depurar los comportamientos corruptos debe extenderse al resto de poderes e instituciones del Estado. Lo es porque uno no se corrompe solo y pocas veces se pone el foco en los que le acompañan, sean empresarios o jueces. Y lo es, especialmente en este caso, porque la Justicia en este país ya lleva tiempo cuestionada. Manejada por descarados hilos políticos que deciden nombramientos y que bloquean renovaciones. Y una cosa tiene mucho que ver con la otra. Pero lo que me parece más decepcionante es que un corporativismo mal entendido no reclame explicaciones públicas a aquellos que merodean los comportamientos corruptos, y así es muy difícil que algo cambie.
Hay que seguir ayudando a los más vulnerables
Àngels Barceló
Àngels Barceló dirige y presenta 'Hoy por hoy'...