Ir al otorrino y que el diagnóstico sea "haz dieta": gordofobia médica, cuando cualquier síntoma se asocia con el peso

Madrid

Marta, nombre ficticio, acudió al otorrino por un problema en el oído. Sin embargo, salió de la consulta con recomendaciones muy distintas a las esperadas. Tiene hipotiroidismo y está embarazada: "Fui al otorrino porque tenía tapones y aproveché para preguntarle por la rinitis -la inflamación de la mucosa nasal, cuyos síntomas suelen ser los típicos de un resfriado- y la solución fue que 'tenía que adelgazar'". El especialista que la atendió no conocía sus antecedentes médicos, ni su historial, ni que sus análisis eran correctos, pero la solución fue una dieta. "Muchas veces en consulta me han destacado el tema del peso, aunque no era el motivo por el que iba a consulta", sostiene.

Ana lamenta situaciones parecidas, también durante su embarazo: "En todas y cada una de las consultas, a la comadrona solo le importaba mi peso, me preguntaba qué había comido ese día y si me cocinaba la comida a la plancha". "En una de las ecografías me dijo que no me la podrían hacer porque tenía mucha grasa y no podrían ver al bebé. Salí de allí llorando, es que no quería ni ir a las revisiones porque sabía que me iba a humillar o a regañar", añade.

Lo que Marta y Ana denuncias no son excepciones. Todos testimonios recogidos por la Cadena SER coinciden: denuncian haber sufrido gordofobia médica. Esta se da cuando los profesionales de la salud destacan el peso del paciente como el origen de cualquier problema de salud. Los pacientes se sienten discriminados cuando acuden a la consulta por tener un cuerpo no normativo y denuncian que no reciben el mismo trato. Explican que esta situación se repite continuamente en consulta hasta tal punto que optan por dejar de ir al médico: "Te hunden, sales de allí, sin autoestima", explica Ana.

Esta semana ha sido el Día Mundial contra la Obesidad y diversos estudios han revelado datos como que la prevalencia de la obesidad se ha triplicado en las últimas décadas en España hasta rondar un 16% en los adultos y que la mitad de la población mundial tendrá sobrepeso o será obesa en solo 12 años. Una realidad que a veces oculta la gordofobia médica. El Instituto Canario de Igualdad la define como: "El prejuicio de creer que las personas son gordas porque quieren serlo o por falta de voluntad para cambiar sus cuerpos, acompañado de la alarma mundial en torno a la obesidad como factor de riesgo para la salud, implica que en las consultas médicas la norma sea recomendar dietas a las personas gordas como solución a cualquier afección o dolencia que presenten, muchas veces sin indagar en el cuerpo, en los orígenes del malestar, sin tomar en cuenta la voz de quien lo presenta y fallando en los diagnósticos".

Adelgazar frente a una enfermedad rara

Paula relata que por culpa de su sobrepeso no le diagnosticaron una enfermedad rara hereditaria que afectaba a sus articulaciones: "Cuando era pequeña siempre me caía, tenía problemas en las rodillas y se me torcían los tobillos y los traumatólogos le decían a mi madre que era porque era gorda y tenía que ponerme a dieta". Paula lamenta que el diagnóstico tardó 25 años: una enfermedad rara que su padre y mi abuelo también padecían. "Si hubiesen indagado un poco más, más allá de mi peso, no me hubiesen hecho sufrir tanto", añade. Lamenta también como en una de las operaciones sufrió un trato vejatorio: "Me dijeron que si comía muchos bocadillos y escuché como me llamaban 'ballena'".

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Paula, que también es enfermera, dice haber vivido la gordofobia médica como paciente, pero también como profesional: "Cuando en la consulta entra una persona con sobrepeso y un cuerpo no normativo, el trato que se le da es muy distinto: las miradas, los comentarios..."

La doctora Luciana Bergamaschi, ginecóloga y especialista en menopausia, admite que no todos los pacientes reciben siempre el mejor trato por parte de los profesionales médicos: "La comunidad médica tenemos que hacer un 'mea culpa' porque los pacientes no siempre han sido tratados con respeto", pero insiste en que la obesidad "debe ser atendida" y en la importancia de tener "un peso saludable", que no "un cuerpo ideal que nos venden".

Por su parte, la psicóloga y nutricionista Mireia Hurtado admite también que "todo el contexto sanitario está cargado de gordofobia" porque "es lo que aprendemos en las carreras". "Parte de la base de que vivimos en una cultura en la que todo lo delgado es deseable y todo lo que tiene que ver con gordura es indeseable", añade. La experta insiste en no basar la salud solamente en un número en el Índice de Masa Corporal (IMC): "Si basamos la salud en el IMC lo que se deriva es que cuando una persona no consigue estar ahí es porque tiene un fallo personal, una falta de voluntad, es más vaga..."

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Bergamaschi insiste en que hay un sector de los profesionales médicos que "ha desconsiderado a los pacientes que tienen obesidad". "No hay que estigmatizar a las personas, pero la obesidad debe ser considerada una enfermedad, porque predispone a muchas otras enfermedades. Sabemos que no solo se deriva de comer más, sino de problemas endocrinológicos, genéticos o medioambientales", agrega. La ginecóloga insiste en que el colectivo médico "no quiere estigmatizar a nadie, sino todo lo contrario", pero recalca que los pacientes deben ser tratados con respeto independientemente del tipo de cuerpo que tengan.

Hurtado explica que todos los pacientes que atiende en consulta han sufrido gordofobia médica: un trato hiriente, no hacerles pruebas, mandarles una dieta y ya. De igual modo, insiste en la idea de que la salud no pasar por encajar en un peso: "La cultura de la dieta se basa en que la salud es encajar en un peso y la salud no es todo o nada, es multidimensional, no depende de un número en la báscula, que es lo que nos hacen creer e intentar que las personas tengan salud basándose en un número en la báscula no funciona y acaba haciendo daño y genera una mala relación con la comida o su cuerpo". "He visto personas gordas con analíticas impecables, personas delgadas con analíticas desastrosas. Evidentemente, hay personas para las que su peso puede ser un problema, pero debemos tener una mirada más amplia", agrega la experta.

Todas las personas consultadas para la elaboración de este reportaje piden lo mismo: respeto. Macarena pide un que no se tengan un enfoque tan pesocentrista. "Antes de achacar todo al peso que hagan una valoración global, todo se achaca al peso, deja de ir al médico o no tiene diagnósticos certeros". Marte, por su parte, pide que les traten de la misma manera, independientemente del peso, no nos lo recuerden tato, dan por hecho que no estás intentando adelgazar y es negativo para la autoestima de una persona que quiere cambiar".