Las mujeres somos como la Gran Pirámide

Madrid

Lo más estimulante que se me ocurre deciros, en un día como hoy, es que las mujeres somos como la gran pirámide. Juntas y fuertes, unidas por la argamasa del feminismo que, aunque a veces parece caerse a grumos, siempre se renueva. Juntas y fuertes porque somos el fundamento y, si avanzamos en pico hacia el cielo que nos aplasta, no es porque cabalguemos unas sobre otras sino porque unas a otras nos ayudamos a elevarnos, permitiendo que circulen entre nosotras nuestros saberes y nuestros pesares. De tal modo que quienes estén en el pico conozcan que se deben al esfuerzo de todas, y que el pico no está ahí como propiedad privada, sino como herramienta para horadar el techo.

Al pie de la pirámide pueden alborotar quienes recién llegaron y bracean para hacerse un selfie; los camellos con sus jorobas, y jorobando, y los voceadores de baratijas. Pero la gran pirámide, así lo veo yo, permanece. Siempre atenta a la fluidez de nuestra acometida, siempre dispuesta a restañar los desperfectos del mortero que nos unifica. De ese feminismo que, como todo lo humano, regularmente se encabrita y se atomiza. Ocurrió antes.

Sin embargo, ahí está la pirámide. Mientras el tiempo pasa, y nos apuntala con razones. Aguantamos las grietas y señalamos hacia el falso cielo. Empujando y empujando. Hasta romper completamente el techo y despejar el horizonte de todas.

Feliz día.