¿Se puede hacer una crítica política sólo de la tilde en sólo?
Era cuestión de tiempo que, en el país de la eñe, tocara la crónica de una tilde, y que pasara con ella lo que con el Barça y el Madrid, que el país se dividiera
¿Se puede hacer una crítica política sólo de la tilde en sólo?
04:33
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1678349741384/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Uno ha hecho crónicas de muchas cosas a estas alturas. Un día, de un bolso, que Soraya Sáenz de Santamaría fue a dejar en el escaño del presidente del Gobierno, que se fue a un restaurante -recordarán- mientras el Congreso debatía su censura. Era cuestión de tiempo que, en el país de la eñe, tocara la crónica de una tilde, y que pasara con ella lo que con el Barça y el Madrid, para que el país que debate la ley del 'sólo sí es sí' se dividiera -sólo por el sólo- entre tildistas, sintildistas o atildados.
Puestos a buscar consensos, hemos ido a la Constitución. La Constitución tiene 17 'solo', uno por comunidad autónoma. De esos, sólo cuatro son 'solos', sin tilde. Dimos, en pleno debate constitucional, con el momento en el que una diputada pronuncia la palabra sólo. La pronuncia aquí.
María Teresa Revilla, de UCD, durante el debate sobre la Constitución en 1978, pronuncia 'sólo'
00:08
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1678348677019/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Más información
"Que no se piense que la crisis de identidad de la mujer es sólo un problema femenino". 18 de mayo de 1978. María Teresa Revilla, de UCD. Era la única mujer en aquella comisión que estaba aprobando, artículo a artículo, la Constitución. Y acababa de salir adelante la igualdad de los españoles sin distinción de sexo, ni de raza, ni de opinión. Hace sólo 45 años de eso. Y produce emoción escuchar hoy, precisamente, el día después del 8M la intervención de esta diputada en aquella comisión de hombres. Año 1978.
Sólo han pasado 45 años. Y, si seguimos el rastro del adverbio -y de su tilde-, deberíamos quedarnos en ese mismo día del 78, en aquella misma comisión. Aquí escucharán el sólo en la voz de otro diputado de la UCD, Óscar Alzaga. ¿A quién se lo dice? ¿A quién le pide que retire la enmienda? Ahí lo tienen. Cortes constituyentes.
Óscar Alzaga, diputado de UCD, y su 'sólo' en las Cortes Constituyentes
00:20
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1678349137692/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Se lo está diciendo sólo a él: a Ramon Tamames, diputado del Partido Comunista que se estaba quejando de que había funcionarios de izquierdas, comunistas, a los que no se dejaba entrar en los ministerios. Él, Tamames, que va a ser el candidato en la próxima moción de censura que presenta la ultraderecha en este país, estaba inquieto por eso.
Los constituyentes llegaron a debatir si al idioma había que llamarlo castellano o español. Eso está en los debates. Pero no hubo debates sobre las tildes. El que sí dio ese debate -y mandó al carajo una vez a la ortografía, él que se lo podía permitir- fue García Márquez, aunque esa es otra historia.
Dicen que el primer caso de acentos conocidos en el castellano están en un manual que se llamaba 'Doctrina Cristiana', del año 1477, y que puso tildes en dos palabras: 'justicia' y 'fortuito'. Ya es casualidad. Aquí estamos, al cabo, varios siglos después: preguntándonos si el jaleo con la tilde sólo sirve para hacer una crónica o sirve también para explicar una parte de un país.