Pozo del Sotón, un viaje inmersivo por la dura historia de la minería a 386 metros de profundidad
El último 'turullu' del Sotón se escuchó en 2014. Ese año dejó de extraerse carbón de esta explotación situada en el corazón de la cuenca minera asturiana. Los primeros visitantes se adentraron en ella en 2015
Una visita al Pozo del Sotón
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Madrid
Asturias comenzó en los años ochenta un proceso de reconversión que llega hasta hoy. Casi de repente, se empezaron a buscar alternativas a una realidad totalmente instaurada. Se encontraron poco a poco, y una de las herramientas fue el turismo. En la mina de Sotón, los visitantes pueden disfrutar de una experiencia inmersiva que les acerca al día a día de los mineros. Paloma Llanos ya ha podido realizar este viaje.
El último turullu del Sotón se escuchó en 2014. Ese año dejó de extraerse carbón de esta explotación situada en el corazón de la cuenca minera asturiana. En San Martín del rey Aurelio, el Pozo del Sotón, propiedad del grupo Hunosa, había sido declarado bien de interés cultural ese mismo año. Es entonces cuando se piensa en abrir las entrañas de la tierra a todos los que quieran vivir esta experiencia. Los primeros visitantes bajaron al Sotón en 2015. Al entrar suena la sirena y, tras ello, se descienden 386 metros en la jaula, casi hasta el final. La jaula se para en la penúltima planta del pozo, la octava. Cada jaula tiene capacidad para acoger a 50 personas. La velocidad de descenso es de 4 metros por segundos. “Si la jaula bajara sin material iría al doble de velocidad”, explica Iván Campomanes.
La mina cuenta también con 2 teléfonos que se unen por clave para facilitar la comunicación entre operarios. Personas como Iván Campomanes y María Suárez son dos mineros que se encargan de divulgar la realidad de la mina. Anselmo González, minero y vigilante, nos abre camino en el interior de este espacio. Todos ellos conocen la realidad que se vive bajo la tierra.
"Todos son necesarios. Si falla un eslabón inmediatamente se rompe la cadena"
La experiencia es muy completa. Descendemos por la chimenea, recorremos las entrañas, escuchamos los sonidos e intentamos transportarnos a la realidad que muchos vivieron en esa mina durante más de 7 horas de jornada. Son muchos los oficios que se desempeñan dentro de la mina "Todos son necesarios. Si falla un eslabón inmediatamente se rompe la cadena", nos explican. Hay mucho más que ver el pozo Sotón. Lily García, coordinadora de las visitas apunta que ofrecen "una visita a las instalaciones exteriores del pozo, que está guiada también por mineros, el núcleo del pozo catalogada de interés cultural y visita al centro de experiencia en memoria minera".
Un viaje al pasado más inmediato. A la Asturias negra de un carbón que sólo sale ya del Pozo San Nicolás. Y una mirada hacia el futuro. Hunosa ahora está inmersa en ambiciosos planes de transición energética. Entre ellos, la geotermia, su objetivo es el aprovechamiento del agua caliente que sale de los pozos para, entre otras cosas, la calefacción, el equipamientos y las viviendas.
La vida y la memoria de las minas están presentes durante toda la visita. Fueron muchos los que cada día descendieron al pozo de Sotón. La vida corría peligro cada día, las condiciones no eran fáciles y las jornadas se hacían muy largas. Sin embargo, todo ello forma parte de la identidad de muchos. "El cierre de la minería fue muy duro. Era el fin de una etapa de nuestra historia", confesaba Adrián Barbón. el Presidente del Principado de Asturias.
El Pozo Sotón retoma su actividad con novedades
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