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Afganistán, la vuelta al santuario terrorista de Al Qaeda

El regreso de los talibanes al poder en agosto de 2021 ha permitido al grupo terrorista tener libertad de movimiento en el país

Afganistán, la vuelta al santuario terrorista de Al Qaeda

Madrid

El 30 de agosto de 2021, las últimas tropas estadounidenses se retiraban de Afganistán. El territorio asiático volvía a quedar libre para los talibanes 20 años después, y con ellos, también para Al Qaeda. Desde entonces, Afganistán ha vuelto a ser el santuario yihadista del grupo terrorista, auspiciado por el régimen talibán que le permite tener libertad de movimiento en el país a cambio de que no le perjudique de cara al exterior.

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"Han vuelto a Afganistán para obtener protección muchos combatientes que vienen de otros escenarios de conflicto yihadista en Siria o en Irak", explica Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto ElCano. Arteaga afirma que Al Qaeda "tiene campos de entrenamiento y han incrementado el reclutamiento, ampliando su campo de acción hacia al norte y oeste, donde hay otros grupos, con la idea de conectar con las fronteras para controlar quien entra y quien sale".

Aunque tener presencia, no es lo mismo que tener influencia. "Su influencia es limitada porque es a cambio de no hacer nada fuera, ya que eso haría que países como Estados Unidos, pero también Pakistán o China, decidieran actuar contra el gobierno talibán", expresa el investigador del Real Instituto ElCano.

¿Por qué el Gobierno afgano es permisivo con el terrorismo?

Esta es la razón por la que el gobierno afgano actúa haciendo equilibrismos entre ser permisivo con el grupo terrorista y que esto no le ocasione más problemas internacionales. "Lo que recibe Afganistán es una credencial de yihadismo frente a países del Golfo que son los que sostienen la economía de Al Qaeda, pero también del gobierno talibán. Perseguir o no colaborar con ellos les crearía problemas económicos, por un lado, pero también de deterioro de su imagen dura, rigorista", comenta Arteaga.

Una situación que Ana Aguilera, investigadora del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET), califica de "encrucijada": "no pueden darle la espalda a un grupo terrorista que ha sido el baluarte, de que gracias, en parte a ellos, han conseguido tener el poder". Lo que ha provocado que el binomio talibanes-Al Qaeda sea más "una relación de hermandad", que de conveniencia. "Los taliban tradicionalmente le deben mucho a Al Qaeda y viceversa", comenta Aguilera.

Una relación casi familiar palpable en agosto del año pasado. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anuncia que han matado con un dron a Ayman al Zawahiri, entonces líder de Al Qaeda, que estaba escondido en Kabul, la capital de Afganistán. "La residencia en la que estaba en aquel momento al Zawahiri tenía conexiones con el propio ministro del interior, que pertenece a la red Haqqani, una de las facciones más radicales en el gobierno talibán", recuerda la investigadora del OIET.

Aun así, estos lazos no preocupan realmente a Estados Unidos porque, según los informes de inteligencia de este país, Al Qaeda no supone una amenaza contra occidente a corto plazo. "Esa capacidad de hacer algo parecido al 11 de septiembre hoy por hoy no la tienen", afirma Arteaga. "Perdería tanto el santuario, como el apoyo de los talibanes, y eso sería bastante imposible", responde Aguilera.

A futuro, la amenaza que supone Al Qaeda es distinta. Ambos expertos consideran que sí se debe tener en cuenta porque el grupo terrorista lleva en su ADN la acción global y la lucha contra occidente.

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Javier Liébana Giraldo

Redactor del equipo de informativos de fin de...