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Bombas y proyectiles en León: así es la vida junto a un campo de tiro de la OTAN

Entre los pueblos de La Maragatería se sitúa un campo de maniobras militar donde practican el ejército español y otras tropas internacionales. Los vecinos, cansados de la artillería pesada que pasa encima de sus casas, cuentan cómo es la vida en "un pueblo militarizado"

Bombas y proyectiles en León: así es la vida junto a un campo de tiro de la OTAN

Luyego de Somoza

Conviven con el sonido de explosiones, con proyectiles sobrevolando sus casas y tanques militares desfilando por las carreteras de sus pueblos. No viven en ninguna zona de conflicto. Viven en Luyego de Somoza, en Tabuyo del Monte, en Boisán... viven en La Maragatería, provincia de León. Allí se sitúa el Campo de Maniobras y Tiro de El Teleno, un equipamiento militar ubicado entre varios pueblos, donde practican con artillería pesada el ejército español y otras tropas de la OTAN.

La diana a la que disparan los militares es el monte Teleno, una montaña de 2.188 metros que es la seña de identidad de la comarca. Ocurre, sin embargo, que muchos de estos proyectiles quedan sin explotar y nadie recoge los residuos, según denuncian vecinos como Toñi Reinares, periodista y habitante de Valdespino de Somoza. Los restos de metralla que se acumulan bajo las faldas del Teleno son un polvorín para los incendios forestales. El último, este verano, cuando ardieron 3.500 hectáreas de monte.

"El fuego se inició por un rayo. Cualquier incendio de estas características hubiera durado un día y se habrían quemado menos de 10 hectáreas", se lamenta Juan Carlos González, bombero técnico forestal en la BRIF de Tabuyo del Monte. Aquella vez, sin embargo, el fuego duró mucho más de lo previsto: el monte estuvo ardiendo más de siete días y acabó por ser el incendio forestal más grande de la provincia de León en 2022. "En el campo de tiro hay artefactos sin explotar y no pudimos entrar a la zona por el riesgo que suponía para nuestra vida", recuerda Luis Martínez, compañero de González en la Brigada de Refuerzo en Incendios Forestales. El bombero se queja de la tardanza con la que recibieron los permisos desde la Comandancia del Campo de Tiro para realizar los cortafuegos. "Nos vimos comprometidos de tiempo hasta en dos ocasiones. Y no se trataba solamente de salvaguardar el monte, teníamos que proteger los pueblos que corrían serio peligro", reclama Martínez.

Juan Carlos González y Luis Martínez, bomberos forestales en Tabuyo del Monte.

Juan Carlos González y Luis Martínez, bomberos forestales en Tabuyo del Monte.

Uno de los municipios más afectados entonces fue Boisán, donde viven María José Requejo y su pareja Agustín Fernández, al que todos conocen como Guti. Ambos viven en una casa de más de 300 años restaurada por sus propias manos. La noche del incendio, recuerdan, las paredes de su vivienda temblaban con la explosión de cada proyectil. "No hubo un desalojo oficial, pero todo el mundo nos advertía de que tuviéramos la maleta preparada porque en cualuqier momento nos podían evacuar. Yo guardé las escrituras de la casa, el ordenador y una maleta con ropa, fue muy angustioso", rememora María José. Un cambio en la dirección del viento, sin embargo, salvó su casa de las llamas.

Agustín Rodríguez, Bru Rovira, Valentina Rojo y María José Requejo conversan en su casa de Boisán.

Agustín Rodríguez, Bru Rovira, Valentina Rojo y María José Requejo conversan en su casa de Boisán.

Valentina Rojo Squadroni

Uruguaya de nacimiento, catalana de adopción...