La VentanaLa Ventana a las 16h
Sociedad | Actualidad

Una visita a la Unidad del Sueño del Hospital Infanta Sofía

La unidad del sueño del Hospital Infanta Sofía ha conseguido que el 80% de los pacientes que la necesitan usen de forma regular esta máquina que les ha cambiado la vida

Una visita a la Unidad del Sueño del Hospital Infanta Sofía

Madrid

La doctora María Teresa Ramírez Prieto, Jefa del Servicio de Neumología, nos guía en esta visita a la unidad del sueño del Hospital Infanta Sofía de Madrid. Sus primeras palabras son para informarnos que aquí "no estudiamos pacientes que no duermen bien, estudiamos aquellas enfermedades organicas, por lo general respiratorias o neurológicas, que se manifiestan durante el periodo del sueño".

En esta unidad disponen de tres camas que se utilizan de lunes a jueves. Los pacientes ingresan a las 9 de la noche y se les instalan los equipos, un proceso que tarda entre hora y hora y media. Durante la noche el paciente esta videovigilado, los técnicos del sueño saben en todo momento si duerme o no y en qué fase del sueño está. A través de los monitores se miden parámetros neurológicos, cardiológicos y respiratorios. Una de las tres camas de la unidad está preparada para ser utilizada por personas que pesan más de 250 kilos, es decir, pacientes con obesidad mórbida. La obesidad es uno de los factores que puede provocar la apnea obstructiva del sueño.

Esta es la patología más frecuente y está muy vinculada a la obesidad, nos dice la doctora Ramirez Prieto, porque "el exceso de peso colapsa la vía aérea en las fases de sueño más profundo y el organismo reacciona generando pequeños despertares o incluso paradas respiratorias". El resultado más evidente es que la calidad del sueño es mala y algunos pacientes experimentan cansancio, pero lo verdaderamente grave es que esas paradas respiratorias generan bajada en niveles de oxígeno que pueden afectar al cerebro, el corazón, los riñones y favorecen patologias muy graves. "La apnea del sueño se ha convertido", dice la doctora Ramirez Prieto, "en una verdadera pandemia porque más del 10% de la población en España la sufre".

Las nuevas tecnologías permiten que los pacientes estén vigilados aunque se encuentren en la otra punta del mundo

Tan sólo en el área del Hospital Infanta Sofía hay más de 15.000 Cpap (las siglas, en inglés, de Presión positiva continua en la vía aérea) puestas. Esta máquina es la que se utiliza para tratar la apnea obstructiva porque descolapsa la vía aérea que se ve comprimida durante el sueño. Es incómodo pero, explica la doctora, "el paciente se suele adaptar bien gracias a la ayuda de educación sanitaria que imparte enfermería". "De forma continua hay un seguimiento de las máquinas mediante bluetooth que nos permite saber si los pacientes las están utilizando y si la máquina está corrigiendo las paradas respiratorias", explica. Las nuevas tecnologías permiten que los pacientes estén vigilados aunque se encuentren en la otra punta del mundo. La unidad del sueño del Hospital Infanta Sofía ha conseguido que el 80% de los pacientes que la necesitan usen de forma regular esta máquina que les ha cambiado su calidad de vida.

La vía de entrada a la Unidad del sueño no es por un "no duermo bien" sino por patologías respiratorias, como esta de la que venimos hablando, o neurológicas como las epilepsias o el síndrome de piernas inquietas. Lo habitual es que sea el médico de Atención primaria o los especialistas en neumología y neurología quienes deriven a los pacientes a estas unidades. Por lo general el primer paso no es hacer el estudio del paciente como el ingreso de una noche en la unidad, lo más común es empezar con una prueba ambulante. Es decir, una prueba que el propio paciente realiza en su domicilio siguiendo las instrucciones que le han dado las técnicas del sueño que les entregan un equipo de sencilla instalación para hacer una serie de mediciones. En este hospital se realizan unas 1.500 pruebas ambulantes, un número impensable de realizar en las camas de las que dispone la unidad del sueño.

Más de la mitad de los casos mundiales de insomnio fatal familiar se producen en España