Una moción de censura convertida en una galería de tiro de cara a las elecciones
Madrid
La moción de censura que se ha vivido este martes en el Congreso no ha sido otra cosa que un campo de pruebas, una galería de tiro para que los partidos practiquen de cara a las campañas que se avecinan. Y hoy el destinatario de la mayoría de esos disparos ha sido el PP, que ha intentado pasar de puntillas por la sesión a pesar de que Abascal o Sánchez tenían a Feijóo todo el rato presente en sus discursos.
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El presidente Sánchez ha aprovechado para presumir de gestión y para confrontar dos formas de hacer política: la del Gobierno de coalición y la de la sociedad que podrían formar PP y Vox si gobernaran juntos.
La vicepresidenta Yolanda Díaz, que también se ha manejado en términos parecidos, ha aprovechado para asomar su perfil candidatable y ha hecho una defensa encendida de varios ministros del Ejecutivo.
Mientras, en los pasillos, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, trataba de encontrar su espacio convocando a la prensa para minimizar el discurso de Sánchez y han dicho que ante este Tamames o Abascal, "cualquiera parece progresista".
Y Vox sigue defendiendo que lo de hoy, esta moción, está bien hecha y cree que le traerá rédito a futuro. Todo a pesar de que su candidato ni siquiera ha verbalizado lo que tenía previsto hacer: no ha dicho que va a disolver las Cámaras, ni que vaya a convocar elecciones anticipadas.
El compás de una jornada parlamentaria infinita
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