Uganda endurece su homofobia
Uganda se convierte en el cuarto país africano que contempla la pena de muerte para el colectivo LGTBI, dando pie a una “caza de brujas”
Uganda: caza al homosexual
Uganda se ha sumado a los pocos países de África que contemplan la pena de muerte para quien mantenga relaciones homosexuales. Ha aprobado una nueva ley que endurece sus políticas anti-LGTBI, no solo criminalizando las relaciones entre personas del mismo sexo, como ya hacía desde hace una década, sino penalizando la simple sospecha de ser gay, lesbiana, bisexual o transexual.
Es una ley que criminaliza la simple identidad sexual y que va en contra de la propia constitución ugandesa, denuncia Kasha Nabagesera, una de las activistas LGTBI más destacadas en Uganda y en toda África. Se dice muy triste y preocupada por no estar junto a su comunidad en un momento así. La ley, explica, ha llegado tras un proceso de diez años. “Siempre intentaron aprobar la ley y fracasaron, pero ahora se están acumulando muchos problemas en el país y necesitaban una gran distracción de esos problemas. Somos nosotros los que tenemos que pagar ese precio”, lamenta.
“Este proyecto de ley es muy duro porque criminaliza la identidad sexual. Es decir, que el hecho de hablar contigo ahora por teléfono o poner cualquier mensaje en redes, por ejemplo, representa ahora un crimen que se puede castigar con hasta 20 años de cárcel”, explica la activista.
Les preocupa que, cada vez más, la gente denuncia a las autoridades a sospechosos de ser homosexuales. “Los propietarios no pueden alquilar sus casas al colectivo, nuestros padres están obligados a denunciar a sus hijos por ser homosexuales. Nos preocupa que haya personas que abusen de esta ley y traten de utilizarla para sus propios intereses”.
La legislación da pie a una "caza de brujas" en Uganda, sin saber exactamente cómo van a aplicarla. Nabagesera se pregunta si ahora se dedicarán a vigilar sus correos electrónicos o a espiarlos para saber lo que hacen en sus dormitorios. “No sabemos cuáles serán los criterios para decidir si una persona tiene intención de cometer realmente ese delito de homosexuales. Habrá muchas personas que serán acusadas erróneamente con este proyecto de ley”.
Los diputados que aprobaron la ley entre grandes celebraciones habían incluso acusado al colectivo de querer reclutar a niños para hacerlos homosexuales. “Esa es una seña de identidad de todos los movimientos anti gay del mundo”, dice Nabagesera. “La única manera de movilizar a la gente es creando pánico. Les dicen que los homosexuales están persiguiendo a sus hijos y que ellos tienen que protegerlos. Es el ataque tradicional que llevamos sufriendo desde hace 30 años. Esto nos lleva a retroceder 10 o 15 años y a perder todo el trabajo que hemos hecho durante este tiempo”.
A lo largo de esa última década el colectivo LGTBI ha sufrido ataques, detenciones y abusos que han obligado a muchos de sus miembros a abandonar el país. En un país en el que la homofobia está tan presente entre la población, los miembros de la comunidad se ocupan de cuidarse mutuamente, especialmente quienes han hecho pública su tendencia sexual, explica la activista. El colectivo LGTBI de Uganda llama a la protesta contra el Gobierno y piden apoyo financiero para quienes perderán su hogar por esta ley y apoyo legal para defenderlos.
La situación de la homosexualidad en África
Solo veintidós de los cincuenta y cuatro países de África permiten las relaciones entre personas del mismo sexo. La situación en el continente es muy heterogénea, señala Raúl del Rio González, de la Fundación Triángulo. Somalia, Mauritania y Nigeria imponen penas de muerte a los homosexuales y otros cinco países tienen penas de cadena perpetua. En ocasiones, basta con ser denunciado por ser homosexual.
“El caso de Uganda es especialmente sangrante porque aparte de relatar muchos asesinatos todos los años, siempre está en las primeras planas de los periódicos del país. Pero no es menos cierto que en otros países se sigue utilizando en general el tema LGTBI como moneda de cambio de los diferentes Gobiernos para distraer la atención”, dice.
La organización, que trabaja en África, sigue diferentes estrategias para luchar contra esa homofobia en el continente, con acciones de incidencia política en los países en los que todavía es ilegal, a través de ONG internacionales. Donde ya es legal, se centran en el empoderamiento de los activistas.
“Desde la Fundación siempre hemos creído que son los propios activistas del país quienes tienen que elegir la agenda que les que les ayude a conseguir sus derechos”, defiende del Río, y ellos les acompañan. Algunas de sus estrategias han sido de acercamiento social y cultural, a través de ciclos de cine, por ejemplo.
Pablo Morán
Jefe de Internacional de la Cadena SER y director...