"No hay un derecho a ser madre y que el estado ponga los medios para que una lo sea"

“Llegó una luz de amor a mi oscuridad”, estas han sido las primeras declaraciones de Ana Obregón tras conocerse la noticia de su maternidad subrogada. Su historia, la de una mujer que vuelve a ser madre a los 68 a través de una tercera persona, ha encendido el debate nacional. Primero, por la cuestión de los vientres de alquiler, algo ilegal en España. Y, además, por la edad y la trascendencia de la protagonista. Mónica Navarro, profesora de derecho civil y miembro del observatorio de bioética y derecho de la Universidad de Barcelona, ha acudido a «La Ventana» para comentar este hecho. En 2019, Navarro publicó un documento en el que defendía su rechazo a la gestación subrogada. La jurista recalca la importancia de no dar cobertura legal a esta práctica. «Existe una libertad para poder ser madre. Pero para que el estado no ponga impedimentos. Pero no hay un derecho a ser madre y que el estado ponga los medios para que una lo sea», ha asegurado la jurista. Además, ha querido apostillar el riesgo de involucrar a otra mujer en la búsqueda de la maternidad. «Aquí está el riesgo de mercantilización, de explotación, además del tema económico y del enorme negocio en el que se está convirtiendo la gestación subrogada», ha apuntado. Sobre el negocio de los vientres de alquiler, la periodista Marta del Vado ha apuntado que «cada año hay más demanda y por tanto cada vez es más lucrativo». De esta forma, el acceso a la maternidad por medio de la gestación subrogada puede suponer un coste de entre 50.000 y 200.000 euros. «La tendencia es que de aquí a diez años, en 2033, este negocio mueva 130.000 millones de euros en todo el mundo», ha recalcado la periodista. Esta práctica sólo está permitida en quince países en todo el mundo. En el caso de España, La ley sobre salud sexual y reproductiva, actualizada en 2023, recalca la ilegalidad de los vientres de alquiler. En países como España, en los que la gestación subrogada no está permitida, sólo aquellos con el suficiente poder adquisitivo pueden acceder a ella. Es en estas circunstancias cuando se produce el llamado «turismo reproductivo». Esto es, el viajar a un país con el objetivo de adquirir un menor a través de gestación subrogada. La noticia de Ana Obregón se ha producido apenas tres semanas después de la llamada Declaración de Casablanca, una reunión que se produjo en Marruecos en la que más de 100 expertos de 75 países diferentes han pedido a los gobiernos de todo el mundo la abolición universal de esta práctica al considerar que mercantiliza a los niños y es una forma de explotación de las mujeres. «Hablando de lo genérico no hay duda de que es un negocio extraordinario y si no ponemos tope, más moverá», ha apuntado Navarro. «No porque se haga debemos quedarnos cruzados de brazos», ha añadido. Hay casos que apelan a la emotividad humana. No obstante, sobre los casos de gestación altruista, la profesora es clara: «Si tenemos que regular para todos, yo soy más partidaria de la prohibición total», ha sentenciado.