Empleadas del hogar: mujeres y precarias
Chachas, kellys, limpiadoras, cuidadoras,… muchas formas de denominar a un trabajo que tradicionalmente ha sido discriminado y precarizado a partes iguales. La realidad es que son en su gran mayoría mujeres, mal pagadas y con condiciones indignas. Analizamos la situación de las empleadas del hogar con Carolina Elías, presidenta del Servicio Doméstico Activo.
Empleadas del hogar: mujeres y precarias
Madrid
Hoy se celebra el Día Internacional de las trabajadoras del hogar, y se hace desde hace 35 años. Sin embargo, el reconocimiento y la igualdad laboral ha costado muchos más años en suceder. En el caso español, fue en 2012 cuando la afiliación en la Seguridad Social adquiría carácter obligatorio, y el año pasado se le reconocía el derecho a paro.
¿Quiénes son?
Mujeres. De las 381.000 personas que están legalmente contratadas, 374.100 son mujeres, mientras que los 6.800 restantes son hombres. Las tareas del hogar tienen un perfil, y es femenino.
Más información
En España las trabajadoras del hogar representan el 1,9% de la población afiliada a la Seguridad Social. Los datos territoriales posicionan a Madrid como la comunidad con mayor peso de estas trabajadoras. La diferencia con Extremadura es de casi dos puntos porcentuales, y el problema sale a relucir: mucho de estos trabajos se realizan sin contrato.
Otro de los motivos por los que es una profesión muy precariza es su salario. En 2022, el salario neto de una empleada del hogar (contabilizando 14 pagas) era de 1.110 euros por 40 horas semanales. Aunque, la dinámica de estas profesionales no es trabajar 40 horas, ni en un mismo lugar. Por cinco horas semanales cobran unos 134 euros netos al mes. Esta es la realidad de las trabajadoras: inestabilidad laboral, dificultades para acceder a un contrato digno y discriminación machista.
Más información
¿Cómo se acaba con la precariedad?
"Es muy sencillo. En primer lugar, voluntad política. Necesitamos adoptar una política pública de cuidado que por un lado garantice el acceso de cuidados a las personas que lo necesitan, mayores y familias. Y por otro lado, de condiciones dignas a las personas que trabajamos de ello", señala Carolina Elías, presidenta de SEDOAC.