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Sociedad

Todos necesitamos unas vacaciones mentales

Las 7 claves para descansar desde casa

Todos necesitamos unas vacaciones mentales

Hay gente que no puede irse de vacaciones. Pero todos necesitamos unas vacaciones mentales de vez en cuando.

En este artículo que escribí para El País daba 7 propuestas para hacer de las vacaciones una vivencia memorable, incluso sin salir de tu lugar. Podemos comentar un poco cada una:

1. Hacer de turista.

Cuando conversamos con un visitante venido de lejos, a menudo nos habla de sitios de nuestra población donde hace tiempo que no hemos estado, tal vez porque al tenerlos a mano no los apreciamos. En este sentido, seguir la ruta que haría un viajero en nuestro propio lugar, pasando por monumentos, museos, restaurantes o parajes naturales nos procurará sorpresas, a la vez que adquirimos un estado de ánimo vacacional sin alejarnos de casa.

2. Descubrir la otra ciudad.

Más allá de los highlights que hemos visto en el primer punto, es interesante perderse por barrios donde normalmente no irías porque no hay nada conocido. Al salir de la ruta trillada es cuando se encuentran las verdaderas sorpresas. Bájate en una parada de metro o autobús donde nunca hayas estado y callejea con ojos de explorador a la búsqueda de esos lugares que no salen en los mapas.

3. Emular a los Cinco.

Quienes han alcanzado el medio siglo de vida recuerdan las novelas de Enid Blyton, en las que entre aventura y aventura sus jóvenes héroes se entregaban a largas meriendas con tartas y cerveza de jengibre. Podemos seguir su ejemplo, en nuestro verano en la ciudad, organizando un picnic con amigos en un parque o entorno natural, dándonos tiempo para conversar y descansar.

4. Montar un cineclub casero.

Para combatir la rutina, puedes invitar a tus amigos a ver aquel filme que tanto te impresionó para disfrutar luego de una tertulia. Puedes incluso programar un ciclo de varias películas, con una “sala de cine” itinerante por los hogares de los participantes.

5. Escuchar música con atención plena.

¿Recuerdas aquel tiempo en el que reproducir un disco era una experiencia casi mística? Comprabas el nuevo álbum de tu artista favorito y te encerrabas en tu habitación, tal vez a oscuras, a disfrutar de cada una de las canciones. En lugar de usar Spotify u otro streaming como hilo musical, estas vacaciones diferentes pueden ser la ocasión de experimentar de nuevo los placeres del mindfulness musical.

6. Hacer dieta digital.

Si no puedes escaparte al mar o la montaña, regálate unas vacaciones mentales desconectando tu móvil —y todas las redes— buena parte del día o de la semana. Puedes restringir el horario de conexión a cuatro horas por jornada, o incluso silenciar cualquier clase de mensaje en un retiro de varios días.

7. Escribir un libro.

Las mayores aventuras de todos los tiempos se han creado desde un cuaderno o, modernamente, desde la pantalla de un ordenador. Prueba de ello fue Jules Verne, que escribió muchas de sus novelas de viajes sin apenas haber salido de su Amiens natal. Si la coyuntura te obliga a quedarte en la ciudad, tal vez sea el momento de hacer realidad un proyecto —literario o de otro tipo— que excite tu imaginación.