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José María Maravall: "Cada gobierno socialista avanza sobre los pasos del anterior; un proceso pragmático y acumulativo importante para el desarrollo de España"

El eurodiputado socialista César Luena y el exministro de Educación han recordado en Hora 25 los años en los que España se preguntó qué país quería ser

Las entrevistas de Aimar | José María Maravall y César Luena

Las entrevistas de Aimar | José María Maravall y César Luena

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Madrid

César Luena, historiador y eurodiputado socialista ha escrito junto al doctor de la Universidad Carlos III de Madrid, Juan Carlos Sánchez Illán, la historia de vida del hombre que modernizó al Partido Socialista y también a una España que casi comenzaba su aventura democrática tras la transición. En el libro "La fuerza de la Socialdemocracia" las andanzas de José María Maravall, al que Luena y Sánchez Illán describen como "político y como intelectual reformista", han vuelto a la vida. Esta noche en Hora 25, César Luena y José María Maravall han rememorado las aventuras políticas del intelectual socialista, así como las historias personales de tantos otros políticos compañeros de partido o adversarios parlamentarios en los que el pensamiento de Maravall dejó huella.

José María Maravall volvió a España casi a principios de los ochenta después de una larga estancia en Inglaterra. "Me fui con el Estado de Excepción del 69 y allí, en Inglaterra, me hice miembro del Partido Laborista", rememora. Un partido laborista inglés en donde Maravall asegura que asentó las ideas sobre las que posteriormente cimentó su carrera política. Carrera que él nunca persiguió, por cierto. "Yo nunca quise ser ministro, de hecho mi padre me advirtió que si me ofrecían un cargo como ministro eso sería nefasto y que debería aceptar cualquier cartera salvo Educación", aclara. El padre de Maravall conocía a fondo los entresijos de la educación en España porque en esos momentos era catedrático universitario. José María Maravall no solo se mantuvo en el ministerio de Educación durante seis largos años, sino que fue el ministro que más aguantó en su puesto durante el Gobierno de Felipe González "para desesperación de la derecha", apunta. Y podrían haber sido más si hubiera aceptado alguno de los otros tres ministerios que el propio Felipe González le ofreció durante sus 14 años en la Moncloa. "El Ministerio de Exteriores me parecía un destino bastante horrendo. Felipe González me lo ofreció pero un político británico al que yo admiraba mucho, que también fue ministro de Educación falleció a los tres meses de ser nombrado responsable de Exteriores. No quería esa vida", indica Maravall.

Precisamente fue una conversación con Felipe González lo que le invitó a volver a España a finales de los años setenta: "Ya va siendo hora de que vuelvas, me dijo". Antes de esa conversación, Maravall explica que le hablaron de González "como un sevillano calladito, que casi no hablaba". El exministro de Educación y el expresidente socialista habían coincidido "en la mili" y mucho tiempo después Maravall acudió a una de las conferencias de González y vio en él a un "socialdemócrata de los que escaseaban en el Partido Laborista". Maravall acabaría escribiendo, a petición de Javier Solana, el discurso que Felipe González dio en el Congreso Extraordinario del Partido Socialista en 1979. "Me lo pidieron para la mañana siguiente y pensé que iba a pasar la noche escribiendo pero que iba a entregarlo", recuerda. El famoso discurso escrito a mano por Maravall sentó las bases del nuevo PSOE, porque González quería reformar al partido por completo. Recibiendo la enhorabuena de todos los miembros del partido descubrió que acababa de entrar en el Comisión Ejecutiva Federal con la que González pretendía encarar el asalto a la presidencia del Gobierno. "Pensé: 'No, no y no, si acabo de quedar con mis hijos para ir al cine'", bromea. Alfonso Guerra le propuso entrar a la Comisión en una conversación que mantuvieron en un cuarto de basuras, recuerda Maravall.

Por su parte, César Luena da lustre al discurso que por una noche mantuvo insomne a Maravall y que afianzó a González al frente del PSOE porque "con ese discurso el Partido Socialista superaba las tesis del marxismo. Es el discurso del 'hay que ser socialistas antes que marxistas'", explica el eurodiputado. Felipe González y Alfonso Guerra, principales caras visibles de aquel PSOE, habían dimitido previamente de la dirección del partido porque el partido los quería al mando pero con el marxismo como ideario político y ellos, explica Luena, dijeron "adiós". El eurodiputado cuenta que los socialistas finalmente vieron en González a "un líder que les estaba explicando que había que reformar el partido porque la tradición socialista realmente era una tradición reformista; que había habido socialistas con peso histórico en el partido que venían también de la ilustración y del liberalismo y que el PSOE se había radicalizado después de 40 años en la clandestinidad durante el franquismo". El nuevo PSOE confió en Maravall la confección de los programas electorales del partido, sus manifiestos, particularmente los relacionados con la cultura. Y con el Ministerio de Educación le facilitó la plataforma desde la que asentar la mayor parte del Estado de Bienestar que España necesitaba, afirma el historiador convertido en biógrafo César Luena.

César Luena: &quot;Es necesaria una legislación europea de renta mínima&quot;

Maravall mostró en los primeros años 80, incluso antes de llegar al Gobierno, su preocupación por las necesidades sociales de un país que despertaba de la dictadura. Entre esas necesidades destacaba la educación, a cuya gratuidad, narra Luena, Maravall contribuyó creando becas que garantizaban una educación pública completa para los españoles. Esos años 80 en los que Maravall dirigió el ministerio de Educación fueron "un periodo importante para la construcción del Estado de bienestar porque realmente no existía nada parecido en España", asegura el histórico político socialista. "Existía una especie de paternalismo fascista, pero era todo lo que había de protección, no había nada" especifica Maravall. Nunca se trató solo de garantizar la educación para todos, siempre hubo mucho más. En una conferencia en el club Siglo XXI Maravall advirtió que "los ciudadanos españoles tenían como problemas más urgentes la asistencia médica sanitaria, la vivienda, el empleo y la jubilación".

"Hubo en general una aportación colectiva en esos años que fue bastante importante para conseguir una España bastante más civilizada", coinciden ambos. Y entre los brotes que permitían atisbar esa España que estaba por venir destaca la anécdota que Maravall cuenta sobre los dirigentes del histórico UCD, el primer presidente de la democracia española, Adolfo Suárez y Calvo Sotelo, expresidente y ministro en carteras destacadas como la de Economía. "Coincidí con Adolfo Suárez en un vuelo a Budapest y me explicó que Sotelo le dijo a él que no quería una coalición de gobierno con el Partido Socialista para evitar que los socialistas se desgastaran porque si la UCD colapsaba el partido que había de repuesto para gobernar este país y para sostener la democracia española era el PSOE", atestigua el ex ministro. Poco tiempo después España sufriría el Golpe de Estado del 23 de febrero del 81 y la primera victoria electoral del socialismo de González con Maravall ya en su gabinete.

César Luena cuenta en la biografía de Maravall que el intelectual socialista siempre disfrutó de una independencia y una libertad que le permitieron ser francamente sincero con el expresidente socialista hasta el punto de escribirle cartas, aconsejarle y dar opiniones que otros nunca se atrevieron a dar. Maravall confiesa que lo primero que hizo al entrar en la Comisión Ejecutiva del PSOE de Felipe González "fue dimitir". "González me dijo que esperaba grandes cosas de mí pero sin esa capacidad mía de desaparecer en cualquier momento", recuerda. El desapego a la necesidad de atesorar poder y el deseo de poner en práctica una agenda fiel a sus principios mantuvo Maravall en el cargo, y a su compromiso social con él.

Luena equipara el "reformismo radical" bajo el que Maravall observaba el futuro del socialismo español con un pragmatismo que logró hitos de los que la sociedad española se beneficia todavía. "El socialismo español venía de una retórica de los años 70 que era clandestina que tenía una militancia muy idealista casi mítica", explica Luena. Con las tesis de Maravall se pasó a un "hay que ocupar los ministerios, las Direcciones generales, aprobar presupuestos y entablar Relaciones Exteriores ver que se hace no solamente con la OTAN, sino con una comunidad, entonces económica, europea en la que hay que ingresar" asevera Luena. Para el eurodiputado socialista uno de los logros de José María Maravall fue "hacer salir al socialismo de un idealismo que no era productivo, pensando en la mayoría de la sociedad española".

 
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