Las personas pueden inhalar cada año hasta 22 millones de micro y nanoplásticos que transportan sustancias tóxicas
Retardantes de llama, ftalatos o bisfenoles son "caballos de Troya" que los seres humanos inhalan a diario, según un informe
Madrid
Los seres humanos pueden inhalar cada año hasta 22 millones de micro y nanoplásticos, que son "caballos de Troya" que transportan sustancias tóxicas, como retardantes de llama, ftalatos o bisfenoles. Esa cifra aparece en el informe Respirar plástico: los impactos en la salud de los plásticos invisibles en el aire, publicado por el Centro Internacional sobre la Legislación Ambiental (CIEL, por sus siglas en inglés), que denuncia el alto nivel de exposición a sustancias tóxicas que puede representar la inhalación cotidiana de micro y nanoplásticos, y recopila evidencias de los impactos de gran alcance que ello puede tener en la salud.
Según el informe, se ha documentado bien la presencia de sustancias químicas tóxicas de los plásticos en el polvo de espacios cerrados, sustancias que "están relacionadas con toxicidad reproductiva, alteración endocrina, carcinogenicidad o mutagenicidad". Algunos de estos contaminantes presentes en los micro y nanoplásticos son el bisfenol A (BPA), los éteres de difenilo polibromados (PBDE) y los ftalatos.
Podrían ser preocupantes
Los micro y nanoplásticos pueden contener infinidad de sustancias químicas diferentes y se habrían identificado más de 10.000 empleadas en los plásticos, de las que unas 2.400 al menos podrían ser preocupantes, aunque la toxicidad de muchas otras sustancias posibles no ha sido debidamente evaluada.
Por otro lado, los autores del informe destacan que los tóxicos contenidos en esas partículas vienen a sumarse a otros presentes en el cuerpo humano y que llegan a él a través de otras vías, lo que puede crear peligrosos efectos combinados que potencien las consecuencias. "La cantidad de micro y nanoplásticos atmosféricos en las cercanías de un individuo puede llegar a 5.700 por metro cúbico", según el informe, que subraya: "Se estima que los humanos pueden inhalar hasta 22.000.000 micro y nanoplásticos al año".
"Es especialmente preocupante la exposición constante a estas partículas que puede darse en espacios cerrados, tales como los hogares o centros de trabajo, donde se detectan mayores concentraciones que en espacios abiertos, al liberarse poco a poco desde los más diversos artículos que puede haber en interiores”, indicó este martes Carlos de Prada, responsable de la iniciativa Hogar sin Tóxicos.
Espacios cerrados
De Prada añadió al respecto: "Los europeos pueden pasar hasta un 90% de su tiempo en espacios cerrados, lo que es especialmente preocupante puesto que respiramos miles de litros de aire al día, así que la cantidad de micro y nanoplásticos que puede entrar en nuestro organismo simplemente por respirar es ingente". "A pesar de su aparente simplicidad, en realidad los plásticos son cócteles de una enorme cantidad de sustancias distintas que se han empleado en su fabricación, como plastificantes para darles ductilidad, retardantes de llama, colorantes y otras posibilidades, sin que se divulgue debidamente qué sustancias son estas”, apostilló.
Los micro y nanoplásticos son partículas tan pequeñas que generan una polución invisible que, a través de los pulmones, pueden pasar a los ganglios linfáticos u otros tejidos y órganos secundarios desde la sangre. El informe los compara con un “caballo de Troya” en el que se ocultan y transportan sustancias nocivas, como por ejemplo “sustancias químicas que alteran las hormonas y relacionadas con la diabetes, la infertilidad y los cánceres hormono dependientes”.
Según detalla el documento, los estudios muestran efectos adversos a lo largo del tracto respiratorio y más allá, que van desde la irritación hasta la aparición de cáncer en casos de exposición crónica. Algunas investigaciones también indican una gama potencial de efectos en el desarrollo de la primera infancia.
Los datos mostrados indican que el problema de la contaminación por plásticos y sus implicaciones va mucho más allá de la contaminación marina y de su presencia en los ecosistemas terrestres, por remotos que sean, y destacan la relevancia de su difusión a través de la atmósfera, "una ruta de transporte aún más rápida que las corrientes oceánicas y pueden trasladarse miles de kilómetros en cuestión de días", según el informe.
El trabajo de CIEL apunta que, "si no se toman medidas, el volumen de emisiones de microplásticos en el aire crecerá en paralelo al aumento esperado en la producción de plástico, lo que resultará en un mayor riesgo de impactos tóxicos y la propagación de productos químicos potencialmente tóxicos". Por ello, insta a que "los reguladores reduzcan drásticamente la producción de plásticos y eliminen gradualmente los productos químicos peligrosos".
Los plásticos y los químicos tóxicos se cuelan en nuestro día a día