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Gastro | Ocio y cultura

Muere Juan Bayén, el mítico 'Pinotxo' del Mercado de la Boqueria

El hostelero catalán ha sido, durante décadas, el alma de uno de los bares más emblemáticos de Barcelona

Juan Bayén (Mercat de la Boqueria).

Madrid

Juan Bayén, conocido como "Juanito" y antiguo propietario del mítico bar Pinotxo del mercado de la Boqueria de Barcelona, ha fallecido este martes a los 88 años por causas naturales tras haber estado hospitalizado hace unos días, según han confirmado a EFE fuentes del Mercado de La Boqueria. Bayén fue trabajador incombustible y propietario del emblemático bar de la Boqueria durante más de 70 años y hace apenas unos meses anunció que se jubilaba.

El mítico "Juanito" nació en Barcelona en 1934 y empezó a trabajar a los 8 años junto a su madre, Catalina, y su hermana María. Ayudaba sirviendo cafés y desayunos a los clientes. Tras el fallecimiento de su madre, Bayén y su hermana heredaron el negocio y lo que empezó como un bar de bocadillos acabó convirtiéndose en un célebre lugar de gastronomía tradicional catalana y un referente de un mercado en continua evolución.

Precisamente este mismo jueves recibía un libro-homenaje, Boqueria del Pinotxo, sobre su trayectoria en el mercado de La Boqueria. Su figura era conocida no solo por su exquisita capipota, sino por su afable personalidad.

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Siempre vestido con una pajarita y chaleco, atendía sonriente y charlaba con la clientela del Pinotxo. Hasta el pasado mes de diciembre, su familia y él eran los dueños del icónico bar. Después de décadas tras la barra, Juanito traspasó recientemente el negocio, que ha pasado a llamarse El Mític Bar, tras una larga disputa familiar sobre el nombre del local.

"La sonrisa de La Boqueria", como también se conocía a Juan Bayén, seguro que será recordado por aquellos que hayan pasado por el Pinotxo alguna vez. La energía de "Juanito" era tal, que hasta hace pocos años corría todas las maratones que se le presentaban, entre ellas, la de Nueva York.

"Me han prohibido seguir corriendo maratones porque mis contrincantes saben que las ganaba todas", bromeaba hace menos de un año Bayén, que llevó la antorcha olímpica desde el monumento a Colón, a los pies de las Ramblas, hasta la plaza de Catalunya en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.

 
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