Párkinson

Hoy se celebra el Día Mundial del Párkinson, enfermedad bautizada con el apellido del médico que en 1817 describió por primera vez esta "parálisis agitante", así se refirió a ella. Desde que quienes se dedican a sanarnos asumieron el juramento hipocrático, en honor al griego Hipócrates, el uso de epónimos se ha extendido en la medicina. Junto al párkinson, el síndrome de Asperger debe su nombre a un pediatra austriaco; el síndrome de Down, a un médico británico; el sarcoma de Kaposi, a un dermatólogo húngaro; la enfermedad de Crohn, a un gastroenterólogo neoyorkino; el mal de Chagas a un investigador brasileño, el síndrome de Diógenes, a un filósofo griego que llevó al extremo su modo de vida austero... y así podríamos seguir una hora, porque hay decenas de enfermedades, síndromes, males, trastornos que conocemos por los nombres propios de quienes los descubrieron, los describieron o los padecieron.

Algunas de estas enfermedades epónimas han llegado al diccionario, las más conocidas: el párkinson, el alzhéimer y el síndrome de Down, por ejemplo. Curiosamente, la palabra asperger, con pronunciación aguda, también la encontramos en sus páginas. Pero es un verbo, no un sustantivo, que significa asperjar o hisopear, es decir, esparcir un líquido en gotas menudas.