Reventas disparadas, gastos de gestión por los aires y el monopolio de Ticketmaster: el escándalo de las entradas para conciertos
Ni las entradas se agotan en segundos, ni la gestión de la compra debería pagarse al precio que cuesta. El dominio de Live Nation y Ticketmaster en el negocio de las entradas online tiene detrás un sistema de venta trucado que desboca precios y dispara las reventas. ¿Qué ocurre detrás de la venta de entradas y quién sale ganando?
El timo de las entradas online: ¿Mil euros por ver un concierto en directo?
2023 era el año de la vuelta de los grandes conciertos, pero ha terminado convirtiéndose en todo un quebradero de cabeza para los compradores de entradas. El cuasi-monopolio en la venta de entradas online ha provocado que los sistemas de venta se truquen, el precio de las reventas se dispare y los costes de gestión superen, en ocasiones, hasta el 30% del valor de la entrada.
La polémica saltó por los aires este otoño, cuando los fans de Taylor Swift estallaron después del colapso en la preventa de entradas de su 'Eras Tour'. Ticketmaster tuvo que suspender la venta y evidenció una posición de dominio clara que perjudica a los consumidores. ¿Qué está pasando realmente?
Monopolio Ticketmaster: precios dinámicos y reventas disparadas
Ticketmaster y Live Nation controlan el mercado de venta de entradas en prácticamente todo el globo y maniobran a su antojo con los tickets que ponen a la venta. En la mayoría de ocasiones, no se agotan en una hora como intentan hacer ver, sino que la empresa guarda buena parte de estas entradas para ponerlas más tarde a la venta o incluso revenderlas a precios disparados engordando sus beneficios.
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En el caso de Bruce Springstreen, por ejemplo, las entradas de uno de sus últimos conciertos salían a la venta por 69 euros. Sin embargo, en la reventa que el propio Ticketmaster gestiona, se llegaban a vender por 1.158 euros.
"Según un informe de Estados Unidos sólo un 46% de las entradas disponibles sale a la venta inicialmente", explica el periodista especializado Fredric Vincent. "En la teoría, algunos promotores o empresas privadas se quedan el resto de entradas para venderlas luego", añade. Pero la realidad es que otras muchas se quedan en manos de la propia compañía para revenderlas después.
Además, la empresa juega con otra baza a su favor: a más demanda, más precio. Es lo que llaman precios dinámicos: "Si has seleccionado una entrada de 100 euros, puede que después de una hora de cola virtual te la ofrezca a 1.200", explica Vincent.
Gastos de gestión disparados
Otro de los escándalos es el de unos costes de gestión que distan mucho con los costes reales del servicio. Cuando compramos un billete de avión o una entrada en la puerta de un teatro, el coste de operación es nulo. Sin embargo, el caso de las entradas online es diferente: los costes de gestión pueden llegar a superar el 30%.
"No sabemos qué estamos pagando por ese dinero", explica Vincent. "Si esto no es un monopolio, se le parece bastante", concluye.
La fusión de Live Nation y Ticketmaster
En el año 2010 el mapa en el sector de los espectáculos y conciertos cambió por completo. La fusión de Live Nation Entertainment y Ticketmaster dio lugar a un conglomerado empresarial que controla en la actualidad todos los eslabones del negocio: desde la promoción de los eventos, hasta la venta de entradas, pasando por su organización y gestión. A pesar de que en Estados Unidos sí se ha investigado a estas compañías, en la práctica poco ha cambiado.