¿Cómo de real es el efecto placebo?

Hablemos del efecto placebo. Coloquialmente se dice de la pastilla de azúcar que te dan diciéndote que es un medicamento. Es una sustancia que no tiene en sí medicamento pero sí que afecta de forma positiva a la persona que lo toma.

En el efecto placebo es muy importante la expectativa que tiene el paciente para curarse y la confianza que el médico le genera.

Hay un capítulo muy interesante en Redes de Eduard Punset con Irving Kirsch, que es el director asociado de Estudios Placebo y profesor de medicina. Kirsch afirma que que un medicamento funcione no solo depende del principio activo de este, sino que también depende si el paciente cree que funcionará o no. Hay muchos factores que pueden aumentar o disminuir las expectativas del medicamento. Por ejemplo, la morfina reduce el dolor, pero si el paciente no sabe lo que le están suministrando pierde la mitad de la eficacia. Esto implica que la mitad del efecto de la morfina como analgésico se debe a la composición química, pero la otra mitad tiene que ver con la mente.

Kirsch dice una frase que me gustó bastante y es que: “la manera en que nos sentimos depende en gran medida de cómo anticipamos que nos sentiremos”.

Esto tiene bastante que ver con la teoría de la expectativa de respuesta. Básicamente, lo que esperan las personas afecta a cómo nos sentimos. Hay que tener en cuenta que el contexto socio-cultural y cómo está nuestro organismo afecta, pero nuestra manera de ver las cosas o cómo nos sentimos, depende en gran parte de lo que pensamos que sentiremos, vamos, de lo que anticipamos o creemos que sentiremos. Se dice que el 95% de las cosas que nos preocupan no suceden, pero nos preocupan igual.

Si anticipas que un chiste será divertido antes de que te lo cuenten, te reirás más que si piensas que no te hará ninguna gracia.

Esto se empieza a estudiar entre 1950 y 1960, porque para saber cómo funciona un medicamento hay que compararlo con el efecto placebo, y antes ahí estaba el interés, saber cuál es la eficacia de los fármacos, solo hace unos 10 ó 20 años alguien se preguntó: “estamos estudiando el placebo para ver la eficacia del fármaco, pero ¿no es interesante que el placebo funcione en tantas enfermedades distintas?” Y a partir se comenzó a estudiar el efecto placebo en sí mismo.

La actitud de médico es muy importante, principalmente por dos motivos:

El primero son las expectativas, si el médico parece confiado, de alguna manera confiamos más en que lo que nos dice es cierto.

El segundo es la relación terapéutica. La sensación de consuelo cuando alguien parece que se preocupa por nosotros. Se hizo una investigación en pacientes con irritación de colón a los que se les administró placebo pero de dos maneras diferentes. A los primeros el médico los despachaba de una manera muy neutra y rápida. Con los segundos el médico pasaba más tiempo y les escuchaba. Esto es fundamental, prestaba atención a lo que los pacientes tenían que decir. Para sorpresa, los que visitaron un médico atento mejoraron más.

Los placebos hacen que la gente se sienta mejor, eso está claro. Pero el efecto placebo ¿es solo subjetivo o realmente produce cambios en el cuerpo?

En los años 50 se realizó una investigación para comprobarlo. Las personas acudían al doctor porque les dolía el estómago. El médico les daba un medicamento indicando que este les iba a quitar las náuseas, pero lo que no sabían es que ese medicamento precisamente servía para provocar náuseas. Los pacientes mejoraron. Pero es que el placebo no solo modifica la percepción del dolor, sino que también mejora un cambio en el cuerpo.