Esta alpinista que lleva 500 días aislada en una cueva vuelve a la civilización: "Ella no sabe nada de lo que ha pasado en el mundo en este último año y medio"
Beatriz Flamini entró en una cueva situada en la provincia de Granada el 21 noviembre de 2021
Esta alpinista lleva 500 días aislada en una cueva y mañana vuelve a la civilización: "Ella no sabe nada de lo que ha pasado en el mundo en este último año y medio"
Madrid
Dejarlo todo atrás, huir del mundanal ruido y marcharse a vivir en una cabaña solitaria en medio de la montaña sin Internet y sin ninguna conexión con el mundo exterior es el sueño de muchas personas.
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Este viernes una deportista de élite, alpinista y escaladora, saldrá después de estar 500 días a 70 metros de profundidad, sin referencias de tiempo y sin contacto con el exterior. Beatriz Flamini entró en una cueva situada en la provincia de Granada el 21 noviembre de 2021. En todo este tiempo, entre otras cosas, Rusia y Ucrania han entrado en guerra, ha fallecido la reina Isabel II y España ha completado su desescalada tras la pandemia de la COVID-19.
Dani Salas es el director de DOKUMALIA, la productora audiovisual que se va a encargar de documentar este hito. Salas ha contado en La Ventana que toda esta aventura comenzó porque el preparador físico de la alpinista le dijo que tenían que contar su historia. "Es una mujer que necesita una soledad buscada y que quiere encontrarse a sí misma", ha explicado. Flamini se ofreció como "un conejillo de indias" a nivel científico para contar esta historia de qué es lo que le sucede a un cuerpo humano estando tanto tiempo aislado.
"Ella no sabe nada de lo que ha pasado en el mundo en este último año y medio"
Dentro de la cueva, el equipo de DOKUMALIA ha instalado una serie de luces artificiales que funcionan mediante un placa solar. Asimismo, cada cierto tiempo un grupo de espeleólogos de Motril pasan a dejar suministros de comidas y llevarse sus restos orgánicos. En ese tiempo, se hace un intercambio de tarjetas de vídeo que graba la propia Beatriz con una cámara.
"Ella no sabe que va a salir mañana, se lo van a decir esta noche", ha reconocido Salas. El director expone que la percepción del tiempo de la alpinista está completamente distorsionada y lo que, para una persona normal es una semana, para ella es un día. "Ella ha llegado a dormir hasta 35 horas seguidas", ha expuesto.
Salas afirma que la alpinista "no sabe nada de lo que ha pasado en el mundo en este último año y medio". No obstante, tiene la sensación de que "está hecha de otra pasta". Al director de DOKUMALIA le provoca curiosidad saber cómo va a reaccionar Beatriz cuando conozca todos los sucesos que han marcado la agenda de los últimos tiempos.
500 días de "montaña rusa"
"Está contemplado tener que dar una rueda de prensa sin ella mañana, pero dudo mucho que no vaya a querer salir", ha afirmado el director. Los espeleólogos que van a entrar tienen pactadas con ella una serie de claves para que ella sepa quién entra en la cueva. Salas cuenta que a los 20 días de empezar este reto, hubo unas personas que intentaron entrar en la cueva. Afortunadamente, se consiguió abortar a tiempo esta incursión que hubiese arruinado el experimento.
Durante estos 500 días, la estancia de Beatriz ha sido una "auténtica montaña rusa". Según Salas, en alguno de los últimos vídeos hay algunos momentos críticos que la propia alpinista quiere contar personalmente. En todo este tiempo, la alpinista ha perdido su ritmo biológico de luz, su ritmo circadiano y su cerebro ha empezado a funcionar de manera diferente provocándole, incluso, alucinaciones. Salas cuenta que, para pasar el tiempo, la alpinista se ha dedicado a leer y a coser calcetas para todos los miembros del equipo.
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