De uno de los sitios más privilegiados de Madrid al más insospechado: el misterio de la escultura perdida de la Torre Picasso

Madrid

A los pies la Torre Picasso de Madrid se asentó, de1988 a 2011, una escultura de acero inoxidable llamada 'Triple ángulo cilíndrico'. Era una estructura tubular cruzada realizada por el genio del diseño gráfico español José María Cruz Novillo. La escultura representaba el logotipo de la empresa cementera e inmobiliaria Portland Valderrivas, entonces propietaria de la Torre Picasso.

En el año 2011, la empresa de inversiones de Amancio Ortega, Pontegadea, compró el edificio y la escultura desapareció. Nadie sabía nada sobre su paradero. Hasta que hace unos años un profesor de la Universidad Autónoma de Madrid la buscó para incluirla en una exposición que estaba comisionando sobre José María Cruz Novillo y dio con ella.

Una estatua estaba cubierta de polvo de cemento

Ese profesor es Miguel Cereceda y este viernes ha contado en La Ventana que se encontró con la estatua en un parking de la cementera El Alto, de Portland Valderrivas, camino de Morata de Tajuña, cubierta de polvo de cemento, justo en el lugar en el que los empleados aparcan sus coches.

No es la única escultura perdida de Cruz Novillo; otra que se encontraba en el Banco Vizcaya que todavía está desaparecida. "Estas esculturas eran logotipos institucionales como el de PRISA o el de 'El Mundo'. El problema es que las empresas desaparecen y una vez que lo hacen no hace falta el logotipo. El logotipo del Banco Vizcaya se acabó vendiendo como chatarra", ha explicado el profesor. Cereceda lamenta que no se les de el valor que merecen a estas obras, que son mucho más que la marca de una empresa.

Pepe Cruz Novillo, el hijo del escultor, ha expuesto que su padre se disgustó cuando se perdió la pieza. "Afortunadamente las pesquisas de Miguel han dado buen resultado", ha apuntado. De momento, los Cruz Novillo no se han animado a ir hasta Morata de Tajuña debido al mal estado en el que se encuentra actualmente la escultura.

Cereceda comenta que la limpieza de la pieza costaba unos 12.000 euros y que se desplazó en varias ocasiones al lugar. Los empleados de la cementera le dijeron al profesor que no había problema en lavar la estatua con agua con vinagre. Sin embargo, Cereceda apunta que este método no dio resultado.

El futuro de la obra

El futuro de la escultura es incierto. A Pepe Cruz Novillo le gustaría que se mantuviese en buenas condiciones y se trasladase a un lugar donde pueda ser apreciada por el público. "Ojalá ese fuera aquel del que se la llevaron, la peana de Torre Picasso está vacía. Así es factible", ese es el deseo del hijo del escultor. Recuerda que subió a la azotea de la Torre Picasso para ver la escultura. "Era fantástico verla desde arriba. Era muy bonita, sería precioso".

Asimismo, está convencido de que, a partir de la publicación de esta historia, la empresa "va a tener una sensibilización especial" y cuidar mejor la escultura. "También tiene que recibir una propuesta de alguien que tome la iniciativa", concluye el hijo del escultor.