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Rusia ha matado a casi 500 niños desde el inicio de la guerra

Las autoridades ucranianas confirman que casi un millar más han resultado heridos

Un padre reza ante el cadáver de su hijo en Jarkov / Anadolu Agency

La invasión de Ucrania ha provocado la muerte de centenares de niños y niñas según ha denunciado este lunes la Fiscalía de Ucrania, que actualiza cada cierto tiempo el número de menores de edad cuyo fallecimiento se ha confirmado como consecuencia de la acción de los soldados rusos. Desde la entrada de las tropas rusas en el país en febrero del pasado año son ya 470 los menores fallecidos (la inmensa mayoría en la región de Donetsk) y 948 los que han resultado heridos de diversa gravedad. Unas cifras que la propia Fiscalía reconoce que reflejan las muertes que se han podido confirmar, pero que previsiblemente serán aún mayores en la realidad, sobre todo por el impacto de la guerra en el este del país. De hecho, Naciones Unidas calcula que la cifra de niños muertos puede acercarse al millar, y hay al menos 400 menores que ahora mismo se encuentran en paradero desconocido según datos de la policía ucraniana.

La infancia en Ucrania. Un año de invasión

A la muerte de niños hay que sumar además las constantes deportaciones de menores hacia territorio ruso. Estos niños terminan en algunos casos en manos de familias rusas y de otros muchos no se conoce su paradero final, de ahí que esta actividad haya sido calificada como un crimen de guerra por parte de la ONU. A consecuencia de ello, la Corte Penal Internacional ha dictado sendas órdenes de detención contra Vladimir Putin y contra María Lvova-Belova, Comisionada para los Derechos del Niño de Rusia, por ser los máximos responsables de lo que en la práctica es un secuestro de menores. Distintas ONG denuncian que el objetivo final es intentar desnaturalizar a estos niños para que olviden sus raíces ucranianas y aseguran que se les cambia de nombre y se les dan nuevos pasaportes.

Orfanatos bajo control ruso

La organización Children of War está realizando un seguimiento de cada caso de menores que son asesinados, heridos o han sido deportados desde el inicio de la guerra y ha recogido decenas de testimonios de quienes han podido escapar o regresar a sus casas. Es el caso por ejemplo de Oleksandr, un adolescente de 12 años residente en Mariupol, que narra cómo fue separado de su madre "sin poder siquiera despedirme de ella" y cómo fue trasladado a un orfanato en el Donbás para ser adoptado por una familia rusa. Finalmente, su abuela logró localizarlo y con ayuda de distintas organizaciones no gubernamentales recuperó al chico, aunque recuerda la ONG que miles de niños y niñas han terminado en suelo ruso.

Antonio Martín

Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó...