Los asesinatos de 'El Vampiro de Silesia': un caso aún por aclarar en Polonia
Este asesino mató a 14 mujeres durante la década de 1970 y el juicio estuve lleno de irregularidades y presiones de los grupos de poder
Los asesinatos de 'El Vampiro de Silesia': un caso aún por aclarar en Polonia
En Polonia, década de 1970 una sombra atormentó al país. Una sombra que mató a 14 mujeres y de la que no se tenía una sola pista. A falta de nombre, se apodó a este criminal en serie 'El Vampiro de Silesia', por la zona en la que atacaba. A pesar del control de la información, la población estaba asustada, se reparten octavillas a las mujeres para que tuvieran cuidado al salir de noche a la calle. Esta es la historia criminal posiblemente más famosa de Polonia y también la historia de las dudas sobre cómo se resolvió el caso.
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Las víctimas se habían ido sucediendo y la alarma iba creciendo. Es verdad que era una época en la que las técnicas científicas no estaban tan desarrolladas y además no existían tantos recursos policiales. Todo cambia cuando una de las víctimas es la sobrina del secretario general del partido de la provincia de Silesia. Ahí se dio un nuevo impulso a la investigación y se optó por técnicas que no se habían experimentado hasta ese momento. Se ofreció una recompensa millonaria por pistas que pudieran conducir al asesino. Los investigadores también recurrieron a técnicas de perfilación criminal para obtener una lista de sospechosos y se distribuyeron por la noche policías señuelo para ver si el criminal atacaba y le pillaban in fraganti.
Un juicio y una investigación llena de irregularidades
Había urgencia por detener a alguien y la investigación estuvo llena de irregularidades, igual que el juicio. Finalmente una mujer denunció a su marido, llamado Zdzislaw Marchwicki. Se trataba de una familia muy pobre, él había dejado los estudios muy pronto y se dedicaba a sobrevivir. Le detuvieron pero él siempre negó que tuviera nada que ver con los asesinatos. Después de eternos interrogatorios y cinco años de prisión provisional nunca reconoció ni uno solo de los delitos por los que se le acusaba. Y las pruebas contra él, eran escasas como se vio en el juicio, que fue un espectáculo para el que hasta se endieron entradas. A pesar de todo esto, finalmente se le condenó y se le ahorcó en un garaje de un complejo policial.
Durante las pesquisas hubo otro sospechoso, un enfermo mental que acabó suicidándose después de matar a toda su familia. Aún no se sabe si se trataba realmente del vampiro de Silesia. El caso se usó como un ejemplo de heroicidad policial y de gran gestión por parte de las autoridades. Al condenado se le sacó un molde de la cara para hacer un busto que se pudo ver durante muchos años en un museo que se hizo especialmente para recordar esta investigación. En la exhibición, se mostraba también supuestas cartas que el asesino había ido enviando. Esta exposición se clausuró en 1990. Su cuerpo fue enterrado en un cementerio que existía en Polonia y que ya se destruyó destinado especialmente a criminales.
"No había ninguna prueba concluyente"
La periodista polaca Kasia Wozniak ha contado en La Ventana que este caso se sigue recordando en el país, especialmente en el sur de Polonia, sobre todo en películas y libros. Wozniak tiene dudas sobre si el hombre que ejecutaron era realmente el asesino. "No había ninguna prueba concluyente para ajusticiarlo, pero la presión por resolver el caso hizo que fuese declarado como culpable", ha indicado.
La periodista explica que el juicio fue muy mediático y que hasta 800 personas consiguieron entradas para ver el proceso. "La gente estaba asustada y quería ver la resolución", ha apuntado. Asimismo, incide en que el asesinato de la sobrina del político comunista tuvo mucho que ver en que el juicio se acelerase. El acusado escribió un diario durante la cárcel. "Él solamente completó cuatro niveles de la escuela primaria así que hay sospechas de que no fuera él", ha advertido.
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