"Vino a casa a morirse y a perdonarme": un oyente se rompe en directo al contar la historia de su perro Trotsky
Àngels Barceló ha vivido uno de los momentos más emocionantes de la temporada con la historia de Juan y su mascota
"Vino a casa a morirse y a perdonarme": la historia de Juan y su perro Trotsky
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Madrid
Todo el mundo ha perdido algo alguna vez, y el trago no siempre es fácil. Este miércoles, en 'El Rincón y la esquina' de 'Hoy por Hoy', Marta Sanz, Manuel Delgado y Àngels Barceló querían hablar de ese trance, pero no esperaban un testimonio como el de Juan, que los ha emocionado a todos al relatar, roto en lágrimas, su historia y la de su perro Trotsky.
Juan, de Sevilla, ha empezado su relato diciendo que es "una de esas personas que pierden muchas cosas siempre" y que, convencido de que las cosas se pierden por tener una forma de ser, trató de buscar remedio. Leyó en algún sitio que una de las mejores maneras de entrenar eso de no perder cosas es "buscar un objeto que tenga bastante precio e intentar no perderlo durante un año". "Yo me acordé de un par de monedas de México, que eran dos onzas de plata, y empecé a buscarlas como un loco", ha recordado.
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Pero las monedas no aparecían. Hasta que un día Violeta, la esposa de Juan, le dio la clave: "¿No se las pusisteis en el collar a Trostky el día que el Sevilla ganó la UEFA?" Juan recordó entonces que así era, pero había un problema: Trotsky había desaparecido un año antes, al salir huyendo asustado después de que Juan accionase un petardo.
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"Una noche, Violeta, que nunca bajaba la basura ni la ha vuelto a bajar, va a tirar la basura. Me llamó por el telefonillo y me dijo: '¿a que no sabes quién está aquí abajo?' Y yo pensaba 'mi madre, mi padre, no sé'. Bajé y Trotsky estaba ahí. Ya tenía 19 años", ha rememorado, antes de que se le quebrase la voz al recordar que ya ni buscó las monedas: "Lo único que quería era abrazarlo. Nos hartamos de jugar, comió, lo bañé... Yo creo que él volvió para decirme 'oye, no te guardo rencor por tirar petardos'".
Barceló, que como todos, no imaginaba por dónde iba a ir la historia, ha querido saber si después del reencuentro, Juan tuvo tiempo de encontrar las monedas en el collar de Trotsky. Pero el testimonio de Juan ha dejado a todos helados. "Yo al día siguiente pensaba llevarlo al veterinario y todas esas cosas, pero se murió esa noche. Vino a casa a morirse y a perdonarme".
"Perdonad que me rompa", ha dicho Juan entre lágrimas, antes de relatar el final de la historia: "Cuando murió, dejé de escuchar el sonido que había estado escuchando desde que llegó a casa y al que no le había dado importancia. Pero cuando dejé de escucharlo, lo comprobé y efectivamente, en esa bolsita que llevaba al cuello, tenía las dos onzas de plata". "La verdad es que hubiese preferido estar con él", ha confesado.