París, capital de las reivindicaciones laborales del 1 de mayo

«París va a ser la capital mundial de este 1 de mayo. Es muy importante lo que pase en Francia, si la reforma de las pensiones sigue adelante habrá recortes en los derechos de los trabajadores en todo el mundo». La dirigente del sindicato francés que lidera las movilizaciones, Sophie Bonet, ha explicado a primera hora cómo sienten las centrales sindicales del país la reivindicación de este primero de mayo. Centenares de miles de personas han protagonizado la principal manifestación en París, aunque desde primera hora han comenzado las movilizaciones en distintas ciudades del país, todas ellas con la reforma de las pensiones aprobada por decreto por el Gobierno de Macron en el epicentro de las protestas. Hasta 5000 agentes de policía han sido movilizados para vigilar la manifestación de París. A primera hora se han producido ya los primeros disturbios en las ciudades de Lyon y de Nantes. En el resto de Europa, este primero de mayo coincide con el día que ha elegido la primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, para aprobar una reforma laboral que, entre otras cosas, deroga la renta a las personas más vulnerables (semejante el ingreso mínimo vital de España), que reciben unas 800.000 personas. En el Reino Unido, sacudido también por las huelgas a lo largo de los últimos meses, el día coincide con un paro de las enfermeras que afecta sobre todo a las unidades de oncología. China no quiere volver a ver imágenes de protestas ciudadanas en Hong Kong, por lo que no habrá manifestación multitudinaria este 1 de mayo. Hace unos días, Joe Wong, uno de los organizadores y conocido activista por la democracia, desapareció durante varias horas y poco después se realizó el anuncio de la cancelación de la manifestación prevista para hoy y que aún no había recibido autorización policial. No habrá tampoco fotografía multitudinaria del 1 de mayo en Moscú, ya que el principal sindicato del país ha decidido cancelar la manifestación por «un posible peligro de amenaza terrorista». Sin embargo, ese mismo peligro no va a impedir que el próximo día 9 sí que se celebre el tradicional desfile por la Plaza Roja en el que van a participar unidades que han participado en la invasión de Ucrania. Otro país que ha sido escenario de unos meses convulsos es Irán, donde las protestas de los trabajadores, sobre todo de sectores como el petrolífero o el gasístico, han comenzado ya este mismo domingo y continúan durante este lunes. Además de reivindicar una mejora de sus derechos laborales, sobre todo subidas salariales, en ciudades como Asaluyeh se han visto pintadas en contra del gobierno de Ali Jamenei. En el caso de América Latina, las marchas por el Día del Trrabajador servirán para medir el grado de sintonía entre los principales sindicatos y los gobiernos de izquierda, que vuelven a ser mayoritarios en la región. Gustavo Petro sabe que ser el primer presidente de izquierdas de la historia de Colombia es, más que un mérito, un examen permanente de la calle. Por eso, que elija este día para hacer el segundo discurso desde el balcón del palacio presidencial desde que llegara al poder, es un gesto político de alcance: con la previsible explicación del giro a la izquierda que ha hecho tras la enorme reforma de su ejecutivo tras la salida de más de la mitad de su gabinete, entre ellos responsables de carteras pesadas como Hacienda, y con una gestión considerada de centro y en sintonía con las empresas. En el entorno del presidente explican que quiere utilizar este discurso para conectar con la calle y explicar que son un gobierno para los trabajadores. Según las últimas encuestas, el 57 por ciento de los colombianos rechazan la gestión de Gustavo Petro. Así que el apoyo principal en la calle estará en los sindicatos, que pidieron el voto para Petro y que ahora se corresponsabilizan de algunas de sus medidas, especialmente la inminente reforma laboral, que incluye mejoras salariales para aquellos que trabajan los fines de semana, así como aumentar el control de las horas extra. Por tanto, los sindicatos serán benevolentes con el ejecutivo e incluso defensores del proyecto de Petro. “Este primero de mayo tiene unas connotaciones muy diferente a las anteriores porque por primera vez en muchos años, el movimiento sindical y social sale a acompañar las propuestas de un gobierno que ayudamos a elegir. Vamos a expresar en las calles nuestro apoyo a las reformas sociales del gobierno del presidente Gustavo Petro, ha dicho este fin de semana Francisco Maltés, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, la más influyente en el país. Algo distintito ocurre en Argentina, donde los sindicatos serán beligerantes con la gestión de Alberto Fernández, pero no por sintonía: al contrario, para no regalar a la derecha la imagen de que existen profundas diferencias entre ellos y la Casa Rosada. Diferencias ahondadas por la mecha encendida por Cristina Fernández, que con más apoyo popular que el presidente, ha llegado a cargar contra su agenda económica para desvincularse de las decisiones y evitar el desgaste político que ya arrastra Alberto. Porque el peronismo, que todavía no tiene candidato a las presidenciales de octubre, sigue erigiendo a la vicepresidenta en símbolo del pueblo, a pesar de la condena por corrupción que ella y los suyos achacan a una hipotética «persecución política». Y ese peronismo sigue siendo el eje ideológico vertebrador de las fuerzas sindicales más influyentes. Por eso la CGT, el poderosísimo sindicato afín al peronismo y con mayor implantación territorial del país, no saldrá a la calle este Primero de Mayo. Sí han firmado un documento criticando «la falta de reacción del gobierno y de la oposición» por la situación económica. Pero no lo presentarán esta mañana ni podremos verlos en las calles. Porque las críticas a la gestión del gobierno recaerá en los sindicatos minoritarios, con menos relación histórica y apenas dependencia del peronismo y, por tanto, mucho más críticos con la Casa Rosada. Así que será una marcha a medio gas, con el principal sindicato en casa en su ánimo de no desgastar al gobierno en pleno año electoral, pero con los sindicatos minoritarios haciendo una enmienda a la totalidad a la gestión de Fernández. «El hecho de que la poderosa y kirchnerista CGT presente su documento el martes tiene que ver con el conflicto abierto entre Alberto y Cristina Fernández, que ha apostado por una estrategia de alejamiento de las medidas económicas de Alberto Fernández. Están con Cristina, pero no pueden estar lejos del gobierno», explica a la SER Gabriela Figueroa, periodista de la revista Crisis, de Buenos Aires. Un tercer país clave en este análisis es Chile. La marcha estará liderada por la Central Unitaria de Trabajadores, con buena sintonía con un gobierno con el que ha cerrado varias medidas de alcance. De hecho, el izquierdista Gabriel Boric - que preside el primer gobierno más escorado a la izquierda desde el golpe militar de Pinochet-, se ha reunido este fin de semana, junto a su vicepresidenta de Trabajo, con el sindicato mayoritario. Han abordado nuevas medidas para una reforma laboral, y terminaba su intervención con un No podemos olvidar de dónde venimos. Así que será un primero de mayo cómodo para el gobierno chileno.

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Los sindicatos aprovechan el Día de los Trabajadores para volver a exigir la retirada de la reforma de las pensiones, mientras que China prohíbe manifestaciones y en Rusia los sindicatos las han suspendido

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