"En España, los propietarios con arrendamientos cobran mucho más que los inquilinos": radiografía de la vivienda en nuestro país

Madrid

Uno de los "pilares débiles" de los estados de bienestar europeos es la vivienda. Hoy es la principal preocupación de los ciudadanos porque, como muchos aspectos del espacio público, en los últimos años se ha polarizado. Hay quien tiene varias casas y hay quien no tiene ninguna. En Hora 25 analizamos las enormes desigualdades que se están produciendo en torno a la vivienda con los autores del informe 'Vivienda para vivir: de mercanía a derecho" del 'think tank' 'Future Policy Lab', Carlos Delclós y Mariona Segú. El informe se ha presentado hoy junto a la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez.

El punto central del informe es que hay que desmercantilizar la vivienda. "Al ser un bien de primera necesidad, pero a la vez una mercancía que se utiliza como patrimonio o bien de inversión, entra en una cierta tensión y conflicto. Desmercantilizar la vivienda implica analizar los últimos años de políticas de vivienda en la que se ha favorecido esta visión comercial de la vivienda y se hace contrapeso reforzando la idea de derecho", explica Delclós.

"En el año 2008, del total de los hogares en España sin contar a los que vivían en vivienda cedida, un 2,5% cobraba arrendamientos. Un alquiler. Desde entonces, esta cifra se ha triplicado, un 7% de los hogares españoles cobran ingresos por arrendamiento. A la vez que ha pasado esto, y que se han adoptado medidas internacionales en las normas bancarias para restringir el acceso al crédito hipotecario, cada vez hay más inquilinos. Han aumentado quienes tienen una vivienda o varias, pero también quienes no son propietarios. Los que cobran por arrendamientos, sin contar lo que cobran por ello, cobran mucho más que los propietarios no arrendadores, los inquilinos y las personas hipotecadas", relata el sociólogo en RMIT y coautor del informe.

El experto además indica que la cifra de inquilinos que pagan más de lo que deberían, que es alrededor del 35% de su renta, es en torno al 41%. "En la UE, ese porcentaje ha bajado al 26% de media", dice. Por su parte, Mariona Segú, coautora del informe y profesora en la Universidad Paris Cergy, señala que "es posible diseñar una regulación de alquileres sin que los efectos adversos de esa regulación sean tan fuertes como parecen o como se temen".

"Se dice que se desincentiva la construcción de nueva vivienda con esta regulación. Se puede incluir una exención de esa regulación de precios a toda vivienda nueva. Eso en vez de desincentivar la construcción, la incentiva. También está el problema de la calidad del parque. Dicen que el propietario no tiene incentivos para mejorar la vivienda si no puede cobrar un alquiler más alto. Se puede permitir que ese alquiler suba un poco si se demuestran mejoras sustanciales", apunta.

"Una cosa buena de la ley de vivienda es que se aplica en zonas tensionadas, que serán municipios enteros, se entiende, pero no se regulan los precios de los llamados contratos de temporada, que son los de menos de un año. Puede dar incentivos a los propietarios a que, en vez de alquilar su piso a largo plazo, hacer un contrato de temporada para cobrar un importe superior", dice. La coatura afirma que también se agudiza la desigualdad cuando se bonifica a los propietarios por deducciones del IRPF. "Es tratar fiscalmente diferente a grupos que en general tienen más poder adquisitivo que otros", sentencia.