Así fue la última final de la Copa del Rey: penaltis y un Betis campeón, 17 años después
Los verdiblancos no ganaban la Copa desde 2005. Precisamente ese año lo hicieron ante Osasuna
Este sábado tenemos una nueva final de la Copa del Rey. Real Madrid y CA Osasuna se miden para dirimir quién se lleva un título muy deseado por ambos, aunque por motivos diferentes. Los blancos lo han ganado hasta en 19 ocasiones, pero llevan sin levantar el trofeo desde 2014, el año de la Décima, cuando también se coronaron en esta competición en un tremendo partido contra el FC Barcelona que será siempre recordado por aquella carrera de Gareth Bale con Marc Bartra. Nueve años después, buscan repetir triunfo, otra vez con Carlo Ancelotti en el banquillo.
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Por su parte, los rojillos tratan de hacer historia consiguiendo su primer entorchado en el torneo del KO, pero es que además sería el primer título para el club, por lo que, como podemos imaginar, pondrán toda la carne en el asador sobre el césped de La Cartuja. Si bien, Osasuna ya sabe lo que es jugar una final de la Copa del Rey, fue en el año 2005, aunque en esa ocasión no tuvieron fortuna y la victoria cayó del lado de su rival en ese encuentro, el Real Betis Balompié, que es, además, el equipo que este mismo fin de semana dejará de ser el vigente campeón de la competición, ya que la pasada temporada volvía a ganar, cuando no lo hacía desde esa final contra el equipo de Pamplona.
Real Betis - Valencia, un choque de estilos
17 años después, el Betis volvía a jugar una final de la Copa del Rey y lo hacía en Sevilla, en el estadio de La Cartuja, que también será sede este año. Enfrente tenía al Valencia CF de José Bordalás, que se agarraba a este título para volver a recordar sus años gloriosos e intentar dar una alegría a una sufrida afición valencianista que se había acostumbrado a esta tesitura y que ahora ve cómo esos tiempos no tan lejanos se han esfumado.
Fue un partido disputado, digno de una final, que se alargó al máximo. Tuvieron que pasar los 90 minutos del tiempo reglamentario (más descuentos), los 30 de prórroga y una agónica tanda de penaltis. Los dos equipos comenzaron el partido como si de un combate de boxeo se tratara, tanteando e intentando no cometer errores en los primeros compases. El Betis dominaba la pelota y el Valencia esperaba juntito. Un guion esperado. Pero a los 10 minutos se desniveló la contienda.
Héctor Bellerin corrió la banda, ganó línea de fondo y puso un caramelo en forma de centro que Borja Iglesias remató de cabeza zafándose de la marca de Gabriel Paulista. Locura en el estadio y el plan inicial de Bordalás al traste. Los verdiblancos siguieron atacando en busca del segundo y los ches intentaban salir rápido para hacer daño al espacio. Y vaya si lo hicieron.
Un balón desde atrás, en pocos toques, llegó a los pies de Ilaix Moriba y este filtró un pase para dejar a Hugo Duro frente a Claudio Bravo. No se puso nervioso el delantero ante la salida del chileno y le picó la pelota por encima para poner las tablas en el marcador. Fue un golpe para los andaluces, que se vinieron abajo y empezaron a sucumbir ante la intensidad de los valencianistas. Hubo opciones para los dos equipos en lo que restaba de tiempo reglamentario, como un palo de Sergio Canales o una jugada en el 90 en la que Carlos Soler no acertó a marcar, pero el 1-1 dio paso a la prórroga.
Prórroga, penaltis y el "me quedo" de Joaquín
No fue un tiempo de prolongación excelso en lo futbolístico. El cansancio hizo mella en los jugadores y se disputaron los minutos que restaban con más corazón que otra cosa, y con miedo de perder en el último momento el tan ansiado título. Llegó el pitido final y los penaltis decidirían quién sería el nuevo campeón, con dos canteranos como protagonistas.
Soler marcó el primero e igualó William José. Hicieron lo propio Racic y Joaquín en el segundo, al igual que Guedes y Guardado con el tercero. Le llegó el turno a Yunus Musah y el lanzamiento del canterano se fue por encima del larguero, dando la posibilidad a Tello de poner por delante a su equipo, y no falló. Gayà tampoco con el quinto y todo quedaba en las botas de otro jugador formado en las categorías inferiores, esta vez del Betis, Juan Miranda. El chico que se crió en el seno verdiblanco, que se marchó a La Masía para después volver a su casa, haría historia anotando el quinto y definitivo penalti que proclamaba campeón al Real Betis.
Estalló el júbilo. Miranda sobre el césped emocionado, mientras sus compañeros corrían por el campo y lo abrazaban. Banderas y cánticos desde las gradas celebrando que eran de nuevo campeones de la Copa del Rey y el mensaje del capitán que parecía que se iba a despedir ese año. "¿Yo qué voy a hacer? ¡Seguir! ¿Me voy a ir ahora? ¿Ahora que empezamos a ganar? ¡Ahora me quedo!" dijo Joaquín Sánchez a una de las cámaras mientras corría a abrazar a su familia.
Esta temporada, Osasuna, el que hace 17 años sucumbió contra el Betis, fue su verdugo en octavos y ahora disputa una nueva final que quieren sea la revancha de 2005. Además, Joaquín ya ha anunciado que se retira del fútbol. Cómo cambian las cosas de un año para otro.
Miguel Muñoz
(Linares, 1992) Periodista, SEO y redactor en...