Factores emocionales, psicológicos y culturales: estas son las claves del televoto en Eurovisión
El profesor de Derecho y Relaciones Internaciones de la Universidad Pontificia de Comillas, Antonio Obregón, enseña a sus alumnos historia y política europea a través del Festival
Factores emocionales, psicológicos y culturales: estas son las claves del televoto en Eurovisión
Madrid
Gracias a Eurovisión "se puede aprender de todas las disciplinas científicas", así lo afirma el profesor de Derecho y Relaciones Internacionales Antonio Obregón, y así lo demuestra en sus clases en la Universidad Pontificia de Comillas y en el libro de investigación académica El festival de Eurovisión como fenómenos Cultural, del que es coautor. "El estudio más obvio es el artístico o comunicativo pero también puede verse desde el político, económico o incluso empresarial", asegura.
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En cuanto al ámbito político e histórico, Eurovisión ha sido un reflejo constante del paradigma europeo. El caso más actual es el conflicto ruso-ucraniano, especialmente presente en el festival en el último siglo: "Ruslana Lyzhychko ganó en 2004 y fue protagonista de La Revolución Naranja", recuerda Obregón, "luego, en 2007, los ucranianos quedaron segundos con una canción cuyo título quería decir, disimuladamente, 'Rusia Goodbye'". Se refiere Obregón al tema Dancing Lasha Tumbai con el que la drag Verka Serduchka puso a bailar a toda Europa. También se coló la invasión de Crimea de 2014, provocando la salida de Ucrania del festival. Aunque volvieron al año siguiente por todo lo alto con la nueva victoria, la de Jamala, con una canción que precisamente "evocaba la invasión de Crimea -del año 1941- y el exterminio de los tártaros". Así como al año siguiente Rusia pretendió boicotear la edición que se celebró en Kiev.
También hay estudios que ponen a Eurovisión como un evento decisivo para el Brexit. "El referéndum era en junio y hasta entonces las encuestas eran favorables a permanecer en la Unión", explica Obregón, "Después del resultado desastroso en mayo 2016 las encuestas cambiaron".
Otro cambio radical se ha dado respecto a precepción del público español. Antes se veía como algo 'casposo', un fenómenos que "solo pasaba en España" y que podía estar relacionado directamente por la "obsesión del régimen franquista por ganar Eurovisión". Ahora triunfa, especialmente entre los jóvenes, y lo demuestran las cuotas de pantalla del año pasado: "Eurovisión tuvo "el 50% de la cuota de pantalla, una barbaridad. El público juvenil era casi el 75% de los televidentes y la franja de edad que menos lo siguió fueron los mayores de 65 años", explica Obregón.
¿Hay estrategia en el voto de Eurovisión?
"Como en toda toma de decisiones", insiste el profesor, "intervienen muchos factores: como el factor emocional, psicológico y también político". Por supuesto, también la calidad musical y la escenografía de la candidatura forman parte de la decisión final del eurofan, pero está claro que el factor emocional fue determinante en los resultados del año pasado. "Ucrania arrasó en el televoto. Desató un torrente de simpatía de toda Europa por su situación". Luego están factores fijos como el de orden de actuación: "los estudios demuestran que se vota más las candidaturas de la segunda mitad en el televoto". Y finalmente, las afinidades culturales como los votos entre países del entorno o 'países amigos'. Aunque cada vez hay más excepciones con la estrategia cultural, por ejemplo, Italia nos dejó el año pasado con 0 votos, tanto por parte del jurado profesional como en el televoto.
Al final el festival mantiene una esencia de escaparate al mundo que muchos países utilizan para darse a conocer. Es un "instrumento de diplomacia cultural" con el que los países intentan "lograr una mayor visibilidad, así como una equiparación y homologación de sus regímenes a los regímenes democráticos de los países occidentales".
Cristina Gómez del Casar
Periodista y politóloga. Redactora de La Ventana....