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Frank Sinatra: Una voz también en el cine

Este domingo día 14 se cumplen 25 años de la muerte de Frank Sinatra que, además de su extraordinaria carrera como cantante, tuvo también un interesante y prolífica trayectoria como actor.

Cuando se habla de Frank Sinatra se habla de “La voz”, pero a nadie se le ocurriría llamarle “El actor”. Sus películas se han visto a menudo eclipsadas por sus canciones y conciertos y también, desde luego, por su tormentosa vida privada. No fue uno de los grandes del cine, pero sí un profesional competente y, a diferencia de otros cantantes como Elvis Presley, su carrera cinematográfica no dependió en absoluto de la musical.

No fue con Elvis o con los Beatles. El fenómeno de las fans nació con Sinatra. Muchos años antes de que ellos entraran en escena, el italoamericano ya provocaba la histeria de las adolescentes. Sinatra era ya una gran estrella de la música cuando dio el salto al cine. Su primera película, estrenada en 1943, se tituló Cada vez más alto y en ella se interpretaba a sí mismo. Frankie era cantante y lógicamente su primer destino en el cine fue la comedia musical. En sus primeras películas los marineros se convirtieron en su especialidad. En Levando anclas interpretaba a un marinero que junto a Gene Kelly pasaba unos días de permiso en Hollywood. La película tuvo mucho éxito y poco tiempo después Sinatra y Kelly repitieron la jugada con Un día en Nueva York.

Frank Sinatra junto a Gene Kelly y Jules Munshin en una escena de Un día en Nueva York.

Frank Sinatra junto a Gene Kelly y Jules Munshin en una escena de Un día en Nueva York.

A lo largo de su vida Sinatra protagonizó varios musicales. Cuando cantaba todo iba bien. Sus problemas empezaban cuando tenía que bailar. Su carrera en el musical parecía, por tanto, limitada, de ahí que una de sus obsesiones fuera encontrar papeles en los que pudiera cambiar de registro. Por eso se entusiasmó cuando cayó en sus manos una novela: De aquí a la eternidad. La leyenda dice que Frankie recurrió a sus amigos de la mafia para doblegar a Harry Cohn, el jefe de la Columbia que no quería darle el papel. Y así lo imaginaron Mario Puzzo y Francis Ford Coppola en El Padrino, con el personaje de Johnny Fontane. Eso cuenta el mito, aunque parece ser que fue Ava Gardner, esposa de Sinatra por entonces, la que convenció al jefe del estudio. Fuera como fuese Frankie logró una gran interpretación en De aquí a la eternidad. Sinatra ganó el Oscar al mejor actor de reparto y con él salió del bache profesional que atravesaba.

Frank Sinatra con el Oscar que ganó por De aquí a la eternidad.

Frank Sinatra con el Oscar que ganó por De aquí a la eternidad.

A partir de entonces las ofertas del cine nunca más escasearon. Logró sus mejores interpretaciones cuando dejó de lado su carácter simpático y jovial y encarnó a tipos oscuros y tormentosos. Por ejemplo, en El hombre del brazo de oro, la primera película de Hollywood que trató abiertamente el tema de la droga, daba vida a un adicto a la heroína.

Nadie ha considerado nunca a Frank Sinatra como un grandísimo actor, pero también es cierto que es difícil encontrar películas en las que no esté a la altura. En su filmografía hay de todo. Rompecorazones caraduras como los que interpretaba en los musicales Ellos y ellas o Pal Joey. Melodramas como Como un torrente de Vincente Minnelli. O comedias familiares como Millonario de ilusiones. En total rodó cincuenta y ocho películas.

Frank Sinatra y Carolyn Jones en Millonario de ilusiones

Frank Sinatra y Carolyn Jones en Millonario de ilusiones

Escarbando en esta filmografía tan variada podemos encontrar algunas curiosidades. Por ejemplo en La cuadrilla de los once, junto a sus amigos del Rat Pack. En esta película, de la que años después se haría el remake Ocean’s eleven con Clooney y compañía, Sinatra y su banda robaban varios casinos de Las Vegas. Pues bien, Sinatra era, en realidad, accionista de algunos de los casinos que robaba en la ficción.

El actor era conocido por sus ideas conservadoras pero en otra de sus películas, El detective, lanzaba todo un alegato social de apoyo a los desfavorecidos. También fue de los pocos actores que en dos ocasiones intentó el magnicidio. La primera vez que quiso matar al presidente de los Estados Unidos fue en Repentinamente, una película de 1954. Años más tarde lo volvería a intentar en El mensajero del miedo. La película se estrenó poco antes del asesinato del presidente Kennedy y Sinatra, que participaba en la producción, la retiró de la circulación e impidió que pudiera ser contemplada durante más de dos décadas.

Frank Sinatra en una escena de El detective

Frank Sinatra en una escena de El detective

En 1968 protagonizó su último film destacable: El detective. Sinatra supo retirarse de las pantallas a principios de los años 70 cuando el cine había cambiado y en Hollywood no necesitaban ya a las leyendas como él. En 1984 regresó para una última aparición en la película Los locos de Cannonball II junto a Burt Reynolds.

Tan solo fue la confirmación de que el cine ya no tenía nada que ofrecerle. Lo que no dejó nunca fue la música, actuando y cantando hasta casi el día de su muerte, el 14 de mayo de 1998. Esa noche el Empire State de Nueva York se iluminó de azul en honor a sus ojos. Esos ojos que marcaron a varias generaciones y fueron el símbolo de una biografía apasionante y controvertida como pocas. Como decía Pete Hammill, autor del libro Por qué importa Sinatra: “Sus imperfecciones eran irritantes, pero Frank Sinatra fue un artista genuino cuya obra perdurará siempre que hombres y puedan oír, reflexionar y sentir. Porque, al fin y al cabo, eso es lo único que importa de verdad”.

 
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