Análisis de 'The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom': imagina tu propia aventura en el Hyrule más ambicioso de todos los tiempos
Estas son las razones por las que supera a 'Breath of the Wild'
Madrid
The Legend of Zelda: Breath of the Wild es, para muchas personas, uno de los mejores videojuegos de la historia. Desde que llegara a Nintendo Switch allá por 2017, convirtiéndose así en uno de los primeros títulos de la consola híbrida de Nintendo, la primera aventura de Link, Zelda y el resto de sus aliados en esta plataforma de nueva generación ha ido cautivando tanto a quienes llevan décadas y décadas recorriendo Hyrule como a una nueva hornada de jugadores y jugadoras que se han adentrado por primera vez en este mundo. Seis años en los que ha atesorado cientos de distinciones (entre ellos el GOTY 2017) y vendido más de 28 millones de copias a nivel global.
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Varios años más tarde, concretamente en junio de 2019, Nintendo anunciaba su secuela. ¿Cómo se puede mejorar un videojuego tan aclamado tanto por la crítica especializada como por la comunidad de jugadores y jugadoras? Dándoles todavía más libertad a la hora de vivir su propia aventura. Y este es uno de los puntos fuertes del nuevo The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, que llegaba a Nintendo Switch el pasado viernes 12 de mayo con el objetivo de estar, por lo menos, a la altura de su antecesor.
Ganondorf está de vuelta
El videojuego transcurre justo después de que Link y Zelda derrotasen a Ganon en el castillo de Hyrule al final de The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Tras erigirse nuevamente como los héroes de Hyrule, ambos proceden a explorar un templo subterráneo para conocer más acerca del aura maligna que lo rodea. Allí se encuentran con la momia de Ganondorf, uno de los villanos principales de la saga fantástica de Nintendo. Un cadáver que acaba cobrando vida para atacar tanto a Zelda como a Link. Mientras que la primera acaba cayendo por el abismo del castillo de Hyrule, que se ha elevado decenas de metros tras un seísmo provocado por el villano principal del videojuego, Link acaba gravemente herido.
Algo que nos llevará a conocer a los Zonnan y el poder que alberga esta civilización milenaria que tratará de hacer todo lo posible para que podamos reencontrarnos con Zelda. Entre sus distintos integrantes destaca Rauru, quien sustituirá nuestro brazo maltrecho por uno nuevo que cuenta con un sinfín de poderes. No obstante, no podremos utilizar ninguno de ellos hasta visitar los cuatro santuarios de esta región. A medida que vayamos resolviendo los distintos acertijos que nos proponen cada uno de estos templos, el brazo irá recuperando poderes como el de la ultramano, el de la combinación, el del retroceso y el de la infiltración.
Los cuatro nuevos poderes
El brazo de Rauru nos permitirá utilizar técnicas hasta ahora impensables para un espadachín como Link. La ultramano nos ofrece la posibilidad de mover prácticamente cualquier elemento de Hyrule y acoplarlo con un segundo objeto. Gracias a ello podremos crear todo aquello lo que tengamos en mente. Desde cobertizos hasta lanchas, coches o incluso aviones. Podremos utilizar todo lo que se nos pasa por la cabeza para superar las diferentes adversidades. A medida que avancemos en nuestra aventura, y gracias a los diferentes artilugios Zonnan, podremos crear todo tipo de dispositivos que nos serán de gran utilidad a lo largo del juego.
Por otro lado, el poder de la combinación nos permitirá crear prácticamente cualquier arma que se nos venga a la mente. Podremos unir ramas de árbol con piedras para crear auténticos martillos o desarrollar herramientas mucho más extravagantes para acabar con nuestros enemigos de la forma más divertida posible. Desde un escudo equipado con un brazo de esqueleto en el centro, lo que nos permitirá atacar a nuestros enemigos al mismo tiempo que nos cubrimos hasta flechas envenenadas por un tipo de seta que ayuda a que las bestias se ataquen entre ellas.
Además de estos dos poderes podemos encontrar otros como el de la infiltración, diseñado para viajar a través de las paredes, y el del retroceso, que nos permite que un objeto en cuestión viaje en el tiempo. Algo que nos ayudará a que nuestros rivales acaben siendo dañados por los objetos que nos han lanzado con anterioridad o incluso viajar mucho más rápido. Una habilidad que nos resultará clave para viajar por el cielo. Y es que, en Tears of the Kingdom, podremos viajar tanto por el reino de los cielos como por el subsuelo. Dos nuevos planos en los que tendremos cumplir diversas misiones que serán fundamentales a lo largo del juego. De ahí que estas dos últimas habilidades resulten clave en nuestra aventura.
El videojuego más ambicioso para las mentes creativas
Las cuatro nuevas habilidades obtenidas gracias al brazo de Zonnan, unido a la posibilidad de viajar por hasta tres mundos en tiempo real, hacen de Tears of the Kingdom el videojuego más ambicioso para las mentes creativas. Al igual que en Breath of the Wild, nosotros seremos quien tendremos que gestionar nuestra aventura. Podremos ir directamente a por Ganondorf nada más llegar a Hyrule pero, como no podía ser de otra manera, acabarás siendo eliminado en cuestión de segundos.
No obstante, Tears of the Kingdom va un paso más allá que el Breath of the Wild. Además de dejarnos gestionar nuestra aventura de la manera que creamos conveniente, también nos ofrece la posibilidad de afrontar este viaje como queramos. Desde medios de transporte imposibles que nos permitirán llegar a cualquier rincón de Hyrule en la mitad de tiempo hasta armas de los más extravagantes para salvar el mundo. De esta manera, y a pesar de que la acción se desarrolle en el mismo mundo que Breath of the Wild, en Tears of the Kingdom tenemos la sensación que estamos ante un juego infinito que nunca jamás podremos resolver al 100%.
Las mejoras respecto a Breath of the Wild
A pesar de que Breath of the Wild era un juego prácticamente perfecto, Tears of the Kingdom consigue superarle en varios aspectos. El primero de ellos es el referente a la historia, pues es mucho más profunda que la de su antecesor. El hecho de contar con una base tan sólida como la de Breath of the Wild ha permitido a Tears of the Kingdom abordar muchas otras tramas y personajes sin dejar de lado la historia principal. Por otro lado, y a pesar de que la aventura se desarrolla en el mismo Hyrule de Breath of the Wild, nos encontramos un mundo mucho más complejo que el anterior.
Un escenario repleto de sitios por descubrir que probablemente nos llevarán a desviar nuestra atención en medio de una misión principal. A esto hay que añadirle los anteriormente citados mundos del cielo con sus islas flotantes y el subsuelo, así como las nuevas cuevas y santuarios que podemos encontrar en Tears of the Kingdom. Allí encontraremos puzles mucho más variados que los que nos encontramos en el juego anterior. Por último, también hay que destacar importantes mejoras tanto en el apartado gráfico como en el de físicas. En una videoconsola ya de por sí limitada a nivel gráfico como es la Nintendo Switch, Tears of the Kingdom consigue exprimir todos y cada uno de los recursos para verse genial.
Por lo tanto, The Legend of Zelda consigue romper la teoría de que segundas partes nunca fueron buenas con un Tears of the Kingdom que no solo está a la altura del Breath of the Wild, si no que le consigue superarla en rasgos generales. Todo ello gracias a una historia que te engancha desde el primer momento y una jugabilidad que nos permite hacer lo que queramos para avanzar en nuestra aventura.
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en...