¿Qué fue de los menores expulsados ilegalmente de Ceuta hace dos años? "Es como si te hubiera echado de casa tu madre"
Mohamed y Hamza son jóvenes marroquíes que entraron en España el 17 de mayo de 2021. Aunque su historia empieza igual, sus destinos han sido muy distintos
¿Qué fue de los menores expulsados ilegalmente de Ceuta hace dos años?
Madrid
Dos años, dos furgonetas y dos destinos podría ser el título de una película. Sin embargo, se trata de una historia que resume lo que España y Marruecos hicieron con cientos de menores en Ceuta hace dos años. A lo largo de unas cuantas semanas, los políticos parecieron preocuparse por la cantidad de migrantes y por sus condiciones de acogida, pero estos menores desaparecieron rápidamente del radar de la actualidad.
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Hamza y Mohamed son dos de esos miles de niños que el 17 de mayo de 2021 formaban parte del grupo de 11.000 personas que consiguieron superar el espigón del Tarajal y cruzar a nado desde Castillejos a Ceuta, pero ellos, los menores, fueron como siempre el eslabón más débil. La labor de un puñado de abogadas y de asociaciones consiguió paralizar estas devoluciones en los juzgados pero la realidad de los que fueron expulsados y de los que se han quedado es hoy muy diferente.
El caso de Mohamed
Mohamed, que prefiere no dar su verdadero nombre, recuerda que entró de los primeros en Ceuta el 17 de mayo, entonces tenía 17 años y ahora 19. Cuenta cómo vio a chavales de su barrio corriendo hacia España, que preguntó que pasaba, se echó a la playa y que se decidió a cruzar junto a un familiar suyo.
El joven marroquí explica que estudiaba cuarto de la ESO, pero ni siquiera con estudios es fácil conseguir trabajo en Marruecos, por eso decidió probar en España. Después de tres meses en Ceuta, primero en las naves del Tarajal y más tarde en el polideportivo de Santa Amelia, acabó siendo expulsado junto a otros migrantes el 13 de agosto del 2021.
Dos años después, sigue sin entender por qué España y Marruecos hicieron esto con ellos . Como otros , ha intentado volver a Ceuta pero siempre ha sido detenido por la policía marroquí. Para el próximo intento prepara un neopreno para resistir el frío del mar y poder nadar más distancia para no ser detenido.
"Es como si te hubiera echado de casa tu madre"
Uno de sus compañeros en el polideportivo de Santa Amelia, Hamza, con el que había compartido 3 meses de sueños en España, sí tiene hoy un horizonte muy diferente porque consiguió quedarse en Ceuta ya que los juzgados paralizaron esas expulsiones.
Hamza es la otra cara de la moneda. Al cumplir los 18 años, ha sido autorizado a cruzar a la península, donde ya ha trabado en la fresa y ahora está en un piso. Pero, como otros muchos , sigue teniendo miedo al recordar lo que les hicieron a sus amigos. "Es como si te hubiera echado de casa tu madre", así de claro definen como se sintieron cuando España los expulsó de Ceuta después de 3 meses a este lado de la valla.
El grupo de Hamza está compuesto por cuatro amigos. Tres de ellos fueron expulsados y volvieron a nado y otro ha estado un año y ocho meses en Ceuta hasta que ha llegado a la escuela de hostelería de la Fundación Raíces. Todos ellos viven ahora mismo en Madrid y cuentan que tuvieron que llegar a dormir en la calle. Un educador, al encontrarlo en las calles de Madrid, recomendó a Hamza ir a la fundación Raíces, donde se encontró con otro medio centenar de esos chavales de Ceuta que sí han llegado por vías seguras gracias a un convenio de esta fundación con la ciudad autónoma.
El caso está en manos del Tribunal Supremo
Este caso de expulsión ilegal sigue hoy en manos del Tribunal Supremo. Alberto Gaitán, el consejero responsable del área de Menores de la Ciudad Autónoma de Ceuta, insiste, a pesar de las dos sentencias judiciales en contra, que aquellas expulsiones eran aplicables. En la ciudad quedan hoy menos de 150 de aquellos jóvenes.
Ismail El Majdoubi, del colectivo de Ex Menas de Madrid, se trasladó hace dos años a Ceuta para ayudar a aquellos niños con los que sigue en contacto y hace un balance distinto al de Gaitán. Ismail espera que la justicia española actúe definitivamente. Justicia a la que interpela también la Fundación Raíces, una de las entidades que presentaron la denuncia por las expulsiones ilegales.
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