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Nueva York se está hundiendo por el peso de sus rascacielos

Según publica un informe de 'Earth's Future', se hunde unos dos milímetros al año que, sumado al calentamiento global que derrite los glaciares y hace subir el nivel del mar, podría terminar hundiendo la ciudad en unas décadas

Skyline de Nueva York / Gary Hershorn

Madrid

La ciudad de Nueva York y, en concreto, Manhattan, famoso por sus rascacielos y su skyline, se está hundiendo aproximadamente 1-2 milímetros cada año en promedio, y algunas áreas de la ciudad de Nueva York se desploman al doble de esta tasa, según los investigadores de un informe que han publicado en el Earth's Future.

La gran cantidad de construcciones en Nueva York —incluido el famoso Empire State Building o el One World que pesan lo equivalente al peso de 140 millones de elefantes— está empujando hacia abajo materiales que se encuentran en el suelo de la ciudad que nunca duerme. Muchos de esos edificios están colocados en lecho de roca sólida, pero hay una mezcla de otras arenas y arcillas sobre las que se ha construido, así el que efecto hundimiento está ocurriendo de modo natural, al igual que pasa en la costa oeste de EEUU donde la tierra reacciona al retroceso de los glaciales tras el final de la última glaciación.

Desde 1955 ya se ha hundido 22 centímetros

Los autores del estudio dicen que una población tan concentrada de 8,4 millones de personas tiene que afrontar peligros de inundaciones en diversos grados, con un hundimiento que se está incrementado por el impacto en el aumento del nivel del mar —el doble del promedio mundial en esta zona— a medida que los glaciares se derriten y se expande el agua marítima debido al calentamiento global. Desde 1950 Nueva York se ha hundido 22 cm y las grandes inundaciones de las tormentas aumentan cuatro veces de aquí a final de siglo debido a los huracanes y el cambio climático.

Esos riesgos a los que ahora se enfrenta Nueva York también los comparten otras ciudades costeras del mundo a medida que avanza la crisis climática porque la combinación del hundimiento tectónico y antropogénico, el aumento del nivel del mar y de la intensidad de los huracanes, repercute en acelerar el problema en las zonas costeñas y en las riberas.

Dice el geofísico del servicio Geológico de Estados Unidos que dirigió la investigación, Tom Parsons, que no hay que entrar en pánico de inmediato, pero sí tomar medidas porque existe este proceso en curso que aumenta el riesgo.

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Victoria García

En la SER, desde hace casi tres décadas, con...