¿Quién responde por el agua que no llega al grifo?

Es casi inevitable: cuando pensamos en cómo se desperdicia el agua pensamos en cerrar bien el grifo o en usar la ducha en lugar de la bañera. Pero el agua también se escapa antes. Y mucho. La razón está en el mal estado de las infraestructuras que la llevan hasta nuestros domicilios y campos. Son tuberías y redes que en buena parte dependen de ayuntamientos que no invierten en su mantenimiento por falta de presupuesto y por la poca rentabilidad electoral que se obtiene. Ni hay dinero porque pagamos poco por el agua, ni es buen momento en campaña electoral, dicen los expertos.

“Uno de cada cuatro litros que se ponen en la red para nutrir al ciclo urbano se pierde. No todo son pérdidas físicas porque parte infiltra en los acuíferos y es agua que vuelve a estar disponible en algún momento, pero es agua que no llega”, explica Gonzalo Delacámara, director del Centro de Agua y Adaptación al Clima del Instituto de Empresa. “Pero sí es agua para la cual hemos hecho un esfuerzo inversor y no hemos sido capaces de facturar por ella”, afirma.

El problema está en el mal estado de las redes de distribución, según Fernando Morcillo, director de AEAS (Asociación Española de Abastecimiento de Aguas): “Tenemos unas redes bastante envejecidas, obsoletas, son redes que se han hecho hace muchos años y desde 2008 se ha dejado de invertir”. Toca sustituir una infraestructura que está ya cumpliendo su vida media pero toca decidir quién asume ese gasto en un modelo de gestión como el español en el que la responsabilidad final es de cada ayuntamiento.

Estas son las ciudades donde se paga más y menos por el suministro del agua

“No es una inversión que capte la atención de nadie porque parece como enterrar dinero. Los políticos, ante la necesidad de priorizar cosas, siempre creen que esto puede seguir como está, que si la tubería ya ha durado 70 años, por qué no va a durar 75”, reflexiona Morcillo. “Ya se hará en el próximo ciclo electoral, o en el siguiente”. Aun cuando un alcalde se decida a dar el paso necesitará dinero para la inversión y subir la tarifa del agua sería, de nuevo, algo bastante impopular que además puede volverse en su contra, pese a que los expertos considera que en España la tarifa es muy baja.

“Estamos pagando casi la mitad que la media europea”, se lamenta Morcillo. “Con un céntimo de euro estamos pagando cinco litros de agua. Si nos fuésemos a un lineal de supermercado, por el mismo volumen estaríamos pagando 300, 500 ó 1000 veces más, es un servicio público que se nos presta con una tarifa irrisoria”, añade Delacámara.

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“Cada españolito está pagando 20 céntimos al día por el agua y estamos hablando de que tendría que subir a 30 céntimos; y aquí puede caer un gobierno autonómico si hace esa subida”, explica Julio Berbel, catedrático de Economía Agraria en la Universidad de Córdoba. “Todo el mundo quiere salvar el planeta y los pingüinos, pero luego no están dispuestos a pagar 10 céntimos al día porque las redes de su pueblo estén en condiciones”. La cifra que maneja no es casual. Según AEAS bastaría con poner unos 50 euros más por persona al año, unos 10 – 15 céntimos al día, para garantizar la calidad de toda la red. Cada día sigue circulando sin registro por nuestras tuberías agua suficiente para llenar unas 740 piscinas olímpicas.

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La guerra del agua

12:26

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