¿Por qué hay racismo en el fútbol español?: "El principal problema se llama impunidad"

Con LaLiga en el bolsillo para el FC Barcelona, el foco de la competición se ha puesto ante los cánticos racistas que recibió Vinicius Júnior en el duelo del domingo entre el Valencia y el Real Madrid. El jugador señaló a un aficionado que estaba llamándole «mono» desde la grada y desde ese momento, infinidad de personalidades del deporte, y no del deporte, han mostrado el apoyo al jugador brasileño. Desde su país ya estudian intervenir y han apagado el Cristo Redentor de Río de Janeiro como un símbolo en contra del racismo. El delantero del Real Madrid ha declarado en sus redes sociales que se criminalice los insultos racistas y mandó un recado a LaLiga, a la cuál ha subrayado que lo que se juega en ella «no es fútbol», sino «inhumano». «El Bar» de Sique Rodríguez analiza la última hora de este episodio racista: Manolo Romero: «Lo que pasó el otro día ya lo habíamos vivido con Etoo y con otros jugadores. No quiero pensar que España sea un país racista, pero es verdad que esto no sucede en otros deportes. Eso da que pensar. No he visto en el baloncesto que haya pasado esto». Jofre Mateu: «Constantemente hemos vivido episodios racistas. Es la primera asignatura pendiente que tenemos, reconocernos racistas por herencia. Soy hombre blanco, nacido en un país donde el otro color está considerado discriminado». Gabriel Correa, periodista de Brasil: «Es muy duro ver que Vinicius sufre otro caso de racismo. En Brasil todos que gustan del fútbol le han defendido porque se sabe que es lo peor, ver un caso de racismo. Hablan de él como el gran problema, el provocador, y no a la persona que grita »mono« a Vini. Eso es lo peor». Jordi Martí: «El principal problema se llama impunidad. Hay tantos incidentes de racismo por ello. Hay dos protocolos que no funcionan. El único protocolo que he visto que funciona es del fiscal Aguilar de Barcelona que se tomó el asunto en serio y tiene pendiente de juicio a los energúmenos que insultan con cánticos racistas de Cornellà contra Iñaki Williams. Es delito. Lamento que no todas las Fiscalías tengan la misma sensibilidad». Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia: «Ojalá sea el factor que ponga fin a esta situación. Hay una ley administrativa, que es la ley contra la violencia y el racismo, y hay un código penal. Hemos vuelto a denunciar junto a la AFE. Hemos presentado la del Metropolitano, la del muñeco en el puente... y muchas de estas han sido archivadas. La única que no se archivó es la de Iñaki Williams en Barcelona. No entiendo que se archivase la del Metropolitano que alegaba a la tensión del partido. La impunidad es el principal problema. Soy miembro del observatorio del deporte y estamos denunciando que desde hace 10 años no nos convocan. No nos toman en serio. La ley hay que aplicarla de fondo. España no es un país racista, el fútbol no es racista, lo que hay es conductas racistas. Muchos de estos comportamientos están dinamizados por los grupos ultras en el fútbol, el ejemplo es la detención de cuatro personas esta mañana. No es un loco, es una cosa organizada. Con Vinicius pasó lo mismo, nada más bajarse del autobús estaban orquestados los insultos. El derecho al insulto no existe y el insulto racista es un delito de odio. Entonces, lo que hay que hacer es aplicar las leyes y acabar con la impunidad y permisividad que hay con determinados grupos. Si no se acaba con este tipo de prácticas, no va a acabar». ¿Qué castigo le podría caer a una persona por hacer el gesto del mono a Vinicius?: «De uno a tres años. Por una acción limitada puede ser en torno a un año de cárcel. No cumplen con prisión, pero si repiten sí. Es un aviso muy grande con una posible condena. No vuelven a repetir. Puede haber multa económica, y puede ser complementada con una expulsión del campo de fútbol de por vida. No se nos puede olvidar, esto es una práctica que se ha de cortar. El mismo día en el baloncesto se jugó el Olympiacos y el Real Madrid, a nadie se le ocurrió insultar en ese campo y había 15.000 personas. El hecho diferencial es que no había grupos ultras. Hay que aislar ese cáncer que hay en el fútbol». ¿Por qué en comisiones como Antiviolencia hay indolencia o permisividad?: «Creo que hay una tendencia a querer resolver este tema en el ámbito del fútbol. Tanto LaLiga como la RFEF intentan defender los intereses de los clubs, y ninguno quiere ser sancionado ni entrar en conflicto con sus ultras. Hay un proceso de minimización del problema. Las multas se suelen recurrir y el trámite es tan burocrático que vienen a prescribir muchas de ellas». Jofre Mateu: «Me llama la atención la indolencia del entorno del fútbol. Esos grupos tienen cierto respaldo del club y se van tapando. El derecho al insulto no existe, sea el que sea. Banalizamos eso». «Estoy en contra del fútbol en silencio, quiero que el rival me achuche, pero sin insultos». Santi Ovalle: «La mayoría de insultos, por línea general, los que más insultan son los grupos ultras. Excepto Barça y Madrid que han trabajado para erradicar la violencia, no conozco ningún equipo más que lo haya hecho. Hace unos días los ultras del Espanyol saltó al campo en la celebración del Barça. Aunque haya cinco, hay 90 que les siguen. Hay que erradicar eso porque quitas el 95% del problemas. Clubes, jugadores, también mirárselo, porque suelen ir a agradecerles a ellos, todo el fútbol tiene que dar la espalda a los grupos ultras». «Los jugadores solo van a celebrar las victorias allí, a disculparse allí». «Se está poniendo mucho el foco en el tema del racismo, seguramente por querer proteger a Vinicius porque monta las que monta... al final ha derivado en esto y bienvenido sea. ¿Cuándo se atacará la homofobia? Cuando ocurra a alguien del Madrid que quieran defender. El relato lo tienen ganado, pero mientras vaya en favor de ganar derechos, bienvenido». Jordi Martí: «Esquinas Torres dijo que tenía que haber dejado salir a Etoo. Esto fue en 2006 y estamos en 2023 y pasó lo mismo. Todo este esfuerzo desde los años 90 a aquí, no lo echemos por la borda. Las raíces ultras están creciendo a raíz de la pandemia. Ahora cada club quiere tener su grupo ultra. Es una involución». Manolo Romero: «Los clubes también le dan mucho calor a estos grupos». «No hay nada que cree más efecto que las sanciones económicas. En todos los estadios hay cámaras y les metería una multa que les doliera la barriga por mucho tiempo. La próxima vez se lo pensarán». Sique Rodríguez: «Ahora la mayoría de la gente no hace el ruido del mono, falta que señalen a quien lo hace. El silencio te hace cómplice. Falta que los clubes se pongan estupendos cuando el caso les afecta a ellos. Cuando son perjudicados ya lo hacen. Cuando afecta a su propia afición que sean duros también. El otro día Guardiola recibió insultos homófobos en el Bernabéu, y en el vídeo del padre de Haaland se escucha perfectamente como hay quien canta Haaland maricón y eso hay que denunciarlo. Por estar el Madrid, con Vinicius de por medio, se ha montado este pollo mundial, que está bien que se monte porque la gente reflexiona y sirve para que se aplique la ley. Pero, como el Madrid también es ejemplo, a Dembélé, un periodista de ESPN denuncia que en un partido de Copa de 2019 le hacen el sonido del mono cada vez que toca el balón. De eso no se habló. ¿Por qué?». Joaquín Maroto: «Lo de Valencia ha sido la gota que ha colmado el vaso. Vinicius ha sido el pim pam pum en todos los estadios. Reúne tres cosas que sólo tiene él: es blanco, es negro y es bueno. Le pueden sacar de quicio con esos gritos y la gente se ha cebado con él. Lo peor de Mestalla es cuando llegó al estadio. Había mucha gente llamándole mono y eso es un acto racista imperdonable que no se puede pasar por alto. Han colgado un muñeco de Vinicius en un puente y justo hoy, justo hoy, hay cuatro detenidos. Parece que si no lo dices, no pasa». «Ya se harta y señala al espectador. España no es un país racista, pero es verdad que porque matan a un perro, llaman a todos mataperros. España es un país que es todo lo contrario, nosotros no tenemos partidos políticos que defienden la segregación ni el racismo y sí los hay en Italia, Inglaterra y Alemania. Ellos no pasan por racistas y nosotros sí por este incidente. Hemos ido pasando las cosas por alto hasta que Vinicius ha señalado a alguien que le ha llamado mono. La gente sabe que hunden así a Vinicius, le afecta, hasta el punto que lloró. Le quieren sacar del partido y todo se mezcla, y termina proyectando una imagen de España que es un país racista, que es lo peor que nos puede pasar. A ver cómo limpiamos esa mancha». Bruno Alemany: En Italia tienen un problema grave con este tema. Tuvo que parar un partido Mourinho, parar a su grada radical, que cantaban gitano a Stankovic. Ha habido sanciones. Llamaron gitano a Vlahovic. Lukaku tuvo problemas con la grada de la Juventus. En redes sociales en Inglaterra hay problemas gravísimos, con los penaltis que fallaron Saka, Rashford... pasaron por problemas de salud mental. «En los campos de fútbol, últimamente, en el sur de Europa hay casos. En Europa del este es manga ancha a ver cánticos nazis, es una batalla perdida». Joaquín Maroto: «El siguiente paso es que cuando vuelva a pasar eso, los que estén alrededor de la grada le señalen y le echen del estadio. Eso es lo que falta en España. Es una pena que se proyecte esta imagen. En la clase de mi hijo hay gente de muchas nacionalidades y nosotros que somos padres nos esforzamos para que no se inocule el virus racista. No podemos consentir esta imagen». Manolo Romero: «Fue una planificación muy mala del partido. El Madrid lo planteó mal. Ancelotti se equivocó. Hay que saber cómo juega Guardiola con jugadores clave como De Bruyne y Haaland. Camavinga tenía que haberse encargado de De Bruyne. Quiero ver al Inter. Hubiese planteado un 9 contra 9. Quiero ver a Inzaghi viendo las cosas como debe ser». «El Madrid tenía las piezas, pero no daba cuatro pases seguidos. El City no tuvo rival. Arrastramos el problema de que Benzema está desaparecido». «Quiero que pierda porque ha tenido recursos que otros entrenadores no los han tenido. Me hubiese gustado que esos recursos los hubiera tenido Mendilibar».

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Íñigo Renedo

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