Echan del estadio a un ultra por agredir verbalmente a De Paul y hacer el saludo fascista

El pasado domingo Vinicius se plantó. El futbolista del Real Madrid, de solo 22 años, dijo basta a seguir mirando para otro lado. A seguir jugando mientras le llamaban "mono". Con su plantón nos dimos cuenta todos -o casi todos- de que se ha llegado demasiado lejos y se ha permitido demasiado. Numerosas autoridades del deporte han hecho referencia en los últimos días a la palabra "oportunidad" para señalar el lado bueno de esta lamentable situación. Es una oportunidad para sacar del fútbol el racismo en concreto y el odio en general.

Porque, lamentablemente, Vinicius no es el único que sufre el odio de personas que van a los campos de fútbol más a increpar a rivales que a apoyar a su equipo. El último en sufrirlo ha sido Rodrigo de Paul. En el Espanyol - Atlético de Madrid de la jornada 26 de liga, disputado este miércoles, las cámaras de Movistar + captaron cómo una persona insultaba repetidamente al argentino e incluso realizaba en varias ocasiones el saludo fascista.

Como también recogieron las cámaras, poco después aparecieron dos guardias de seguridad para echar del estadio al agresor.

La hazaña de la temporada

El lamentable percance no consiguió empañar un partido histórico para el Espanyol. El equipo catalán se encuentro en uno de los momentos más difíciles de su trayectoria deportiva. A falta de dos jornadas para el final de LaLiga, está en posiciones de descenso a Segunda División, a tres puntos del 17º puesto que marca la salvación. Pero podría haber sido mucho peor, según se desarrolló el encuentro ante el Atlético de Madrid. Los de Simeone comenzaron hambrientos (quieren el segundo puesto de liga) e impusieron su potencial. Primero Saúl y después Griezmann pusieron tierra de por medio en el marcador.

Especialmente doloroso fue el 0-2 porque el VAR concedió el tanto fantasma del francés con una imagen que no aclara si el balón entró en la portería o no. "Es casi imposible que el árbitro en el campo vea esta jugada a la perfección. Es un gol que se da válido a través de las cámaras VAR. Es un tema de perspectiva, el balón está en el aire y tiene que estar en el suelo para ver si hay césped y, por tanto, está dentro. Además, hay que tener en cuenta que el balón tiene una 'panza'. Desde esa 'panza' hay que trazar la línea para saber si ha entrado o no. Si es por esa tercera imagen, en la que se ve algo de césped de la portería, no puedes dar gol. Nadie puede decir al 100% ni que es gol, ni que no lo es", señaló Iturralde González en 'Carrusel Deportivo'.

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El gol subió al marcador para desesperación perica, y pocos minutos después Carrasco marcó el 0-3 que suponía la sentencia al partido. O eso habría ocurrido en un 99% de los casos. El Espanyol, con un pie y medio en Segunda y contra todo, se levantó y marcó tres goles en 15 minutos para lograr la hazaña de la temporada, seguir con vida y mandar un mensaje a todos: 'Esto no ha acabado'.