Una glorieta para mantener vivos a los desaparecidos en México

México cerró 2022 con 109.000 personas en paradero desconocido. La búsqueda de justicia, memoria y reparación en México se materializa en un espacio público que las familias reivindican y defienden, ante la intención de las autoridades de la capital de arrebatárselo.

La glorieta de las Mujeres que Luchan, presidida desde 2021 por la estatua de una mujer con el puño en alto, se ha convertido en un símbolo para las familias de los desaparecidos, que realizan actos en ella cada domingo. Encabezando una de las principales arterias de Ciudad de México, la avenida Paseo de la Reforma, ocupa el espacio antes dedicado a una figura de Cristóbal Colón que daba nombre a la rotonda.

Desde hace más de un año, las familias de las víctimas de desapariciones forzadas tomaron la glorieta “como una forma de dignificar la memoria y renombrar un espacio público en un paseo tan importante”, explica una de esas familiares, Yoltzi Martínez. Su intención con ese acto es reivindicar a las autoridades la importancia de la memoria porque, dice, “para nosotros, nuestros familiares siguen vivos, siguen presentes en el ahora”. Pero, sobre todo, lo que significa este espacio para las familias es visibilidad y esperanza.

Martínez se unió a la causa a raíz de la desaparición de su hermana Yatzil, desaparecida el 27 de abril de 2010 en Acapulco. “Me tocó tener el dolor de no encontrar a mi familiar. Me tocó la angustia, la desesperación, la frustración de exigir justicia y no tenerla. Me tocó aprender tecnicismos, aprender palabras, reconocer cuerpos, aprender a leer la tierra para encontrar fosas”, lamenta. Y no se da por vencida. “Las familias no se resignan ante una desaparición”, clama apelando a la memoria. “La glorieta no se vende, y la dignidad tampoco”.

Pero, pese a los reclamos de las activistas, las autoridades de Ciudad de México insisten en colocar en esa glorieta una estatua de "La joven de Amajac", en honor a la mujer indígena.

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La activista denuncia que el Gobierno mexicano les debe “mucha justicia y mucha seguridad” con respecto a los largos procesos de “la mal llamada guerra sucia” del crimen organizado. Y critica que quieren ocultar las desapariciones forzadas. “A las familias que estamos en distintas luchas nos están matando, nos están desapareciendo”, asegura. Por eso también reclaman la glorieta en la que exigen con sus actos que cesen las acusaciones contra las familias y las persecuciones a periodistas y defensores de los derechos humanos.

Han rebautizado la avenida como “el paseo de la resistencia” y planean plantar un árbol en la glorieta en la que homenajean a los desaparecidos frente a los obstáculos que les ponen las autoridades que, dice Yoltzi Martínez, prefieren tapar una realidad de México de la que se avergüenzan porque “no asumen la responsabilidad que conlleva la falta de seguridad”. No solo niegan las desapariciones, sino que “quieren recriminar a las propias víctimas”, denuncia.

La lucha de las familias no es solo por alcanzar un proceso de justicia para los desaparecidos, también pelean por la paz, para que el Gobierno mexicano “asuma las consecuencias para las familias y tome acciones, porque no queremos ver ninguna otra familia caminando codo a codo con nosotros”. Ahora mismo los responsables políticos se limitan a acusar a las administraciones pasadas de las desapariciones forzadas, contribuyendo a la impunidad. “Nunca han dado una respuesta a las víctimas”, lamenta Martínez. Son las familias las que han investigado la trata, el crimen organizado, el reclutamiento de jóvenes, el narcotráfico y los abusos de funcionarios sin que el Gobierno identifique las causas y los responsables de las desapariciones.