El adelanto electoral deja al PP sin su argumento preferido

Se le ve incómodo a Alberto Núñez Feijóo con el adelanto electoral. Tantos meses pidiendo a Pedro Sánchez que convoque elecciones y se vaya, y ahora que los comicios tienen fecha, y pronto, el 23 de julio, a Feijóo no le parece bien. Se queja el presidente del PP de lo inoportuno que es ir a votar en pleno verano. Ya hemos recordado hasta la saciedad que él convocó las últimas elecciones autonómicas gallegas un 12 de julio, pero es que Isabel Díaz Ayuso ha llegado a insinuar que igual las votaciones no son todo lo limpias que deberían ser, porque por aquellos días será complicado encontrar apoderados e interventores.

El presidente del Gobierno ha convocado elecciones para la primera fecha que la legalidad le permitía. Reconoció, con una rapidez y una autocrítica inusual, el mal resultado electoral del PSOE y disolvió las cortes al día siguiente del batacazo. ¿Qué más quiere el PP? Lo que pasa es que la convocatoria electoral les deja sin su argumento preferido, el de un presidente okupa, agarrado con uñas y dientes a su butaca de Moncloa. Y claro que también hay estrategia en la decisión de Pedro Sánchez, claro que sí, la política también es esto, Pedro Sánchez cree que todavía puede tener una carta ganadora y la quiere jugar para poder seguir gobernando, exactamente lo mismo que quiere Feijóo, gobernar.

Lo que le pasa al PP es que todavía tiene mucha plancha por delante para cerrar los gobiernos de las comunidades donde puede gobernar, tanto en las que ha ganado como en las que no, como es el caso de Extremadura. Y la negociación se le va a hacer cuesta arriba a los populares que, y de ahí su malestar con la fecha de las elecciones, al final van a tener que estar negociando con Vox cuando la campaña está en todo su apogeo. Y Vox ya empieza a emitir señales de que no se lo va a poner fácil.

El PP pretende que Vox deje gobernar a sus candidatos, y Vox dice que vale, pero que eso tiene un precio y el precio es que en aquellos sitios donde el PP necesite los votos de Vox, tendrá que respetar a los votantes de Vox y sentarse a negociar, precisamente lo que Feijóo está intentando evitar.

El apoyo de los de Abascal va a ser fundamental en la Comunitat Valenciana, en Baleares, en Aragón y en Extremadura, donde el PSOE ganó en número de votos, y donde Fernández Vara va a intentar la investidura, la candidata del PP ya ha dicho que no gobernará con el partido de ultraderecha e intenta deshacerse de la tutela de Génova, así que el panorama está completamente abierto. No es de extrañar que a Feijóo no le vaya bien la fecha de las elecciones generales, y no es precisamente por el calor del verano.

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