La nuda propiedad o vender tu casa y quedarte a vivir hasta que mueras: "Es la solución para jubilados con bajas pensiones"

Madrid

Angelines tiene 77 años y en 2017 estaba, como ella misma dice, "con el agua al cuello". Su perro enfermó y se vio obligada a pedir un crédito al banco para poder costear las operaciones médicas del animal. Sin embargo, con el paso de los meses, los gastos se le acumularon. Una serie de gastos excesivos que con su escueta pensión apenas podía pagar. Así que decidió vender en nuda propiedad su piso del distrito madrileño de Retiro.

"¡Lo vendí por 160.000 euros, un poco más de la mitad!", exclama Angelines. Y en muy poco tiempo: tan sólo tres meses. Ella cree que los compradores, una pareja de norteamericanos, adquirieron la vivienda a modo de "inversión". "Seguro que pensaban que la iba a palmar enseguida, pero me queda vida para rato", bromea.

Cada vez son más los mayores que deciden vender su casa... con ellos dentro. Este tipo de compraventa se llama 'nuda propiedad' y en 2022 aumentó un 23'7%, según datos de los Registradores de la Propiedad. En estos casos, quien compra la vivienda se convierte en el propietario del inmueble, pero no puede disfrutar de él hasta que la persona que lo habita fallece. El encarecimiento del coste de la vida y el bajo precio de los pisos de nuda propiedad son algunas de las razones del incremento de esta clase de operaciones, tal y como aseguran los expertos.

María Jesús, de 84 años, también se encontró en una situación similar a la de Angelines: "Tenía un dinero ahorrado, pero se me estaba acabando y con la pensión no era suficiente porque la vida ha encarecido muchísimo por la inflación". Por esta razón, puso a la venta su casa a la manera tradicional -en pleno dominio-, una casa en la que llevaba viviendo 33 años. Encontró comprador, pero no tenía a dónde irse: "Nadie me quería alquilar un piso porque era muy mayor y porque, aunque era solvente, no contaba con ingresos". Además, con el precio de la venta de su vivienda ni siquiera podía comprarse otra casa en su misma zona. "Estuve así seis meses y casi caigo en una depresión", reconoce con pena.

Al final, la nuda propiedad fue la única respuesta a los problemas de Angelines y María Jesús. Un tipo de compraventa que existe desde hace más de 200 años en el Código Civil, pero que ha empezado a popularizarse en España hace menos de una década. Eduardo Molet es consultor inmobiliario especializado en este mercado: "En otros países es muy normal que las personas cuando cumplen 65 años vendan la nuda propiedad, lo que pasa que en nuestro país tenemos un gran apego a la vivienda".

En esta clase de operaciones, el comprador se hace cargo de los gastos derivados de la propiedad y tiene que esperar a que el inquilino fallezca para poder disfrutar de la vivienda. "La persona que compra tiene que pagar el IBI anual y las derramas extraordinarias, mientras que la persona mayor que ha vendido la nuda propiedad, el usufructuario, sólo tiene que pagar los suministros de su casa y los gastos de comunidad corrientes", explica Molet.

En estos momentos, la agencia de Molet tiene publicitadas cerca de 100 casas en nuda propiedad en todo el país. Estas casas, de media, tienen un tamaño de 70 metros cuadrados y un coste de 130.000 euros. Expertos y clientes coinciden en que la nuda propiedad es una buena solución a las dificultades económicas de la tercera edad, aunque algunos inquilinos creen que lo ideal sería que nuestros mayores no tuvieran que llegar a desprenderse de las casas en las que guardan los recuerdos de toda una vida.