La borrachera democrática
A la vista de cómo se desarrolla la vida pública en los últimos tiempos y del desarrollo de las campañas electorales se podría decir que los nuevos poderes fácticos son los jueces, los medios de comunicación y las encuestas
Madrid
La borrachera democrática. Los poderes fácticos son sectores de la sociedad al margen de las instituciones políticas que ejercen una gran influencia debido a su capacidad de presión. El poder fáctico no coincide necesariamente con el aparato formal del Estado, pero puede influir en él por esa posibilidad de presión. En cada sociedad hay unos poderes fácticos distintos, en la medida que esas sociedades van cambiando. Durante el franquismo y la Transición, los poderes fácticos tradicionales en España fueron la banca, la Iglesia y los militares, que ejercían de facto un gran poder. A la vista de cómo se desarrolla la vida pública en los últimos tiempos y del desarrollo de las campañas electorales se podría decir que los nuevos poderes fácticos son los jueces, los medios de comunicación y las encuestas, que tienen capacidad de determinar la agenda política. Hace casi 30 años, cuando era más intelectual que empresario, el francés Alain Minc desarrolló esta idea. Cuando los tres poderes, la justicia, el periodismo y los sondeos entran en resonancia, se genera una borrachera democrática. Para Minc, la opinión pública de la primera mitad del siglo XXI es lo que la clase obrera anhelaba del siglo XX: una realidad, un mito y una psicosis. Todos los días hay suficientes ejemplos de ello.
Sobre la firma

Joaquín Estefanía
Es periodista, exdirector del periódico 'EL PAÍS' donde sigue firmando columnas. También colabora en la Cadena SER, donde publica píldoras de opinión radiofónicas en 'Hora 25'.