A "mandar a la mierda" también se aprende: estos son los consejos de una psicóloga para saber cómo hacerlo
La culpa que sentimos al decir que "no" nos impide marcar límites. Alba Cardalda, autora del libro 'Cómo mandar a la mierda de forma educada', asegura que superar este sentimiento es posible
Cómo mandar a la mierda de forma educada
El hartazgo, el hastío, el enfado o simplemente no ser capaces de estar en un mismo sitio con una persona concreta. Son muchas las razones por las que podríamos querer mandar a alguien "a la mierda". Y para ello no es necesario llegar al insulto o a la verborrea. Basta con saber utilizar las palabras adecuadas. Alba Cardalda, psicóloga experta en psicoterapia cognitiva-conductual y en neuropsicología, acaba de publicar 'Cómo mandar a la mierda de forma educada', un libro en el que muestra las mejores formas de poner límites en nuestras relaciones personales.
La psicóloga asegura que mandar a la mierda de forma educada es posible. "Lo es con unas técnicas, mucha asertividad y mucha empatía", ha comentado Cardalda. En este sentido, saber mandar a la mierda es también saber decir "basta" y saber decir que "no". Algo que en ocasiones se presenta como una labor sumamente compleja. "Nos cuesta principalmente porque tenemos un sentimiento de culpa al hacerlo porque nos han inculcado que está mal, como si no tuviésemos derecho a decir que no", ha explicado la psicóloga. El contexto sociohistórico es importante para entender este sentimiento. "Tenemos una cultura judeocristiana en la que la culpa es un pilar fundamental y muchos de nuestros comportamientos y lo que se espera de nosotros se mantienen gracias a la culpa", ha remarcado.
"Hay también mucho miedo a la desaprobación", ha añadido Cardalda. El ser humano, habiendo interiorizado ciertas creencias, busca sentirse parte de algo. Por eso teme tanto al reemplazo. Pero no todo vale en las relaciones. La autora establece un paralelismo entre estar en una relación sin límites y conducir por una carretera sin señales. "Es algo que me ocurrió realmente", ha confesado. "Fue un momento de confusión total", ha añadido.
"Lo más probable es que hayan accidentes"
La confusión permea a todas las relaciones en las que no existen límites. "No sabes por dónde ir, por dónde no ir... y lo más probable es que hayan accidentes", ha asegurado la psicóloga. Por eso, si tras haber empleados las estrategias necesarias para definir una relación esta última continúa sin clara, "mandar a la mierda" es sano. "Si llega un momento en el que la persona sigue trasgrediendo límites y nos está haciendo un daño emocional tenemos que poner fin para preservar nuestro bienestar", ha sentenciado.
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No hay una respuesta firme sobre cuál es la mejor forma de mandar a la mierda. "Cada uno tiene que encontrar un poco su estilo. Hay personas más verbales, que se les da muy bien hacerlo con la palabra, y otras que son más gestuales", ha explicado Cardalda. No obstante, a pesar de que se prefiera una opción a otra, es importante que las palabras acompañen a las acciones y viceversa. Es decir, es necesario que el significado que nuestros comportamientos sea el mismo que el de nuestro discurso.
"Hay que hacer todo un ejercicio de autoobservación"
A veces los aprendizajes previos aprisionan el comportamiento individual. Crecemos asumiendo todo lo que ya viene dado como inamovible. Por lo que reaprender es necesario para saber decir que no. "Hay que hacer todo un ejercicio de autoobservación pero sobre todo tener clara una idea que son los derechos asertivos", ha apuntado Cardalda. Poder expresar lo que sentimos es parte de estos derechos.
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