Los escándalos que acompañaron a Silvio Berlusconi: del caso Ruby al "autobús lleno de prostitutas"

El ex primer ministro de Italia Silvio Berlusconi ha muerto este lunes a los 86 años. El hasta ahora líder de Forza Italia tuvo que ser ingresado en el hospital San Raffaele de Milán, menos de un mes después de abandonarlo tras pasar 44 días ingresado por una infección pulmonar derivada de la leucemia crónica que padecía y por la que estaba recibiendo un tratamiento de quimioterapia. Nacido en Milán en 1936, antes de dedicarse a la política Berlusconi destacó como magnate de los medios de comunicación italianos. Se le conoce, especialmente, por ser el fundador y presidente de la corporación de telecomunicaciones Mediaset, un imperio que consiguió expandir al extranjero. Tanto en su faceta política como empresarial, la polémica le acompañó durante toda su vida. Berlusconi ha tenido más de 40 procesos judiciales abiertos, de los cuales ha salido airoso en la mayoría. Su polémica judicial más sonada fue el caso Ruby Ter, por el que se investigaba si el político y empresario italiano habría sobornado a participantes en sus fiestas sexuales, conocidas como «bunga-bunga» para comprar su silencio. El 24 de junio de 2013, se le condenó en primer grado a siete años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por prostitución de menores y abuso de autoridad. En concreto, se acusaba a Berlusconi de pagar por servicios sexuales a Ruby Ter, la joven —por entonces menor— que dio nombre al caso. No obstante, tras más de 10 años de litigios, un tribunal de Milán le absolvió de esos cargos al considerar que «il Cavaliere» «no tenía por qué saber que la joven era menor de edad». Este proceso judicial tuvo varias ramificaciones y juicios paralelos. Pocas semanas después de su condena por el caso Ruby, el 1 de agosto de 2013, la Corte Suprema de Casación condenó a Berlusconi a cuatro años de cárcel por fraude fiscal, al valorar como probado que aumentó el precio de la compraventa de los derechos de transmisión de películas estadounidenses por parte de Mediaset. De esta manera, los acusados evadían dinero al fisco y los enviaban a sus cuentas personales en el extranjero. Berluconi fue inhabilitado para cargo público durante cinco años —de 2013 a 2018— y logró evitar la cárcel por su edad, algo que sustituyó ejerciendo servicios sociales. El ex primer ministro tenía que pasar cuatro horas semanales al año en un centro de cuidado de ancianos de Cesano Boscone. A pesar de no tener que cumplir arresto domiciliario, sí que tuvo limitada su libertad de movimiento, al no poder abandonar Lombardía, aunque sí viajar a Roma de martes a jueves. El Tribunal de Milán le redujo 45 días de la condena, por lo que esta terminó el 6 de marzo de 2015. Por otra parte, el 8 de julio de 2015, el tribunal de Nápoles condenó a tres años de prisión a Berlusconi por corrupción, tras haber sobornado este al senador Sergio De Gregorio. Los pagos se realizaron entre 2006 y 2008, y consistieron en, aproximadamente, tres millones de euros. El negacionismo de las atrocidades cometidas por la dictadura fascista italiana ha sido una constante durante las intervenciones públicas de Berlusconi. Preguntado en 2003 por la revista británica «Spectator» y por el periódico italiano «La Voce de Romagna» si Mussolini fue «benigno», contestó que sí y justificó: «Mussolini nunca mató a nadie. Mussolini envió a la gente de vacaciones al exilio». En 2013, durante una jornada en memoria de las víctimas del holocausto volvió a causar indignación al asegurar que el dictador italiano se equivocó con la aprobación de las leyes raciales, por las que se persiguió a judíos y gitanos, pero que también «hizo cosas buenas». «Italia no tuvo la misma responsabilidad que tiene Alemania, pues hubo una connivencia de la que al principio no se fue completamente consciente», afirmó, para después defender que «es difícil ponerse en el lugar de quien decidió entonces». Historiadores y asociaciones de judíos en Italia recordaron a Berlusconi que las leyes raciales se aprobaron antes de que comenzase la Segunda Guerra Mundial. Ante el revuelo causado por sus palabras, Berlusconi publicó una nota aclaratoria en la que matizaba su declaración: «Mis análisis históricos se han basado siempre en la condena de las dictaduras, y siento no haber especificado este dato fundamental en una de las tantas respuestas que di esta mañana. No hay ningún equivoco sobre la dictadura fascista». En 2009, Silvio Berlusconi fue víctima de una agresión a manos de un hombre con problemas psisquiátricos. El por entonces primer ministro italiano sufrió el impacto de una estatuilla de metal cuando se acercó al público tras ofrecer un mitin en Milán. Las autoridades detuvieron de inmediato al agresor. El ataque le provocó a Berlusconi la rotura parcial del hueso nasal, una laceración interna y externa en los labios, pérdida de sangre, un diente roto y algún corteo. Los médicos que atendieron al político aseguraron que se encontraba «molesto y abatido». Por precaución, fue sometido a un TAC que no reveló complicaciones. La amistad de Berlusconi con Vladimir Putin es otro de los puntos que más ha desgastado la imagen del exmandatario durante los últimos años. En octubre de 2022, salieron a la luz unos audios privados, filtrados por la prensa italiana, en los que se mostraba afín al presidente de Rusia, del que incluso se declaraba su amigo. A este respecto, explicaba que que el jefe del Kremlin le había regalado por su cumpleaños «20 botellas de vodka y una carta muy dulce». «Il Cavaliere» respondió a este agasajo con «botellas de Lambrusco y una carta igualmente dulce». En esos mismos audios, Berlusconi arremetía con dureza contra el líder ucraniano, Volodímir Zelenski. «La guerra es culpa de la resistencia ucraniana. No digo lo que pienso de Zelenski», confesaba en unas conversaciones que fueron grabadas durante una reunión que Berlusconi mantuvo con su equipo y en la que exigió máxima confidencialidad. Una de las polémicas más recientes de Berlusconi tuvo lugar en 2022, cuando prometió «un autobús lleno de prostitutas» a los jugadores del equipo de fútbol AC Monza si ganaban a otros grandes clubes de la liga italiana. Fue durante un discurso en la cena de Navidad del equipo, que adquirió en 2018, cuando se refirió al «estímulo extra» entre risas: «Ahora llegan la Juventus, el Milán... Y si ganamos a uno de estos grandes haré llegar un autobús lleno de prostitutas al vestuario». Las palabras de Berlusconi no pasaron desapercibidas y algunos rivales políticos, como la diputada del Movimiento 5 Estrellas (M5S) Chiara Appendino se preguntaron qué opinaba la primera ministra, Giorgia Meloni, de esta «miserable» y «peligrosa» arenga de uno de sus socios de gobierno. «¿Nos callamos y transmitimos este mensaje a nuestras hijas, Giorgia?», planteaba. Ante la críticas por estos comentarios misóginos, Berlusconi se dijo sorprendido por el revuelo que causó «una simple broma de vestuario» y lamentó que sus oponentes se sirvieran de su «total falta de humor» para atacarle «de manera tan gratuita». «Francamente, no pensé, y nadie podría haber imaginado, que una simple broma de vestuario, lúdica, y claramente paradójica hacia mis jugadores de Monza pudiera suscitar comentarios tan malévolos como triviales y poco realistas. Compadezco a estos críticos», reaccionaba en Twitter.

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