Ocio y cultura

El imparable auge cultural asiático

Conversamos con la escritora y activista paquistaní, Fatima Bhutto

El imparable auge cultural asiático

Madrid

Nació en Kabul, Afganistán, y creció entre Siria y Pakistán. Se graduó en la Universidad de Columbia donde se especializó en Lenguas y Culturas de Oriente Medio. Ha escrito varios libros de ficción y no ficción entre los que destacan Songs of blood and sword: a daughter´s memoir (2010), unas memorias en las que narra el asesinato de su padre, o la novela The runaways (2018) en la que cuenta la radicalización de tres jóvenes musulmanes. Recientemente, ha publicado New kings of the world: dispatches from Bollywood, Dizi and K-Pop en el que analiza la aparición de diversos fenómenos culturales surgidos en Asia como el pop coreano o las series de televisión turcas que se están convirtiendo en un fenómeno global: "El epicentro cultural se está alejando y se está desplazando muy lejos de Occidente debido a la globalización. Hay nuevos poderes en el mundo. Tenemos el auge de Asia".

Fátima Bhutto, escritora y activista, ha pasado por los micrófonos de A vivir para hablarnos de la transformación social y cultural que está experimentando Asia, un cambio que toma forma en series de televisión o música pop que están acaparando un mercado millonario. Estos fenómenos no son producto del azar sino de una estrategia muy bien planeada por países que se están transformando políticamente convirtiéndose en referentes en Asia y en el mundo. Arte y cultura convertidas en armas geopolíticas entre Oriente y Occidente. "La cultura no es inocente. Cuando trata más sobre el mensaje que sobre el entretenimiento entonces se convierte en propaganda", explica.

Nuestra invitada forma parte de la realeza política paquistaní. La historia de la dinastía Bhutto está impregnada de ejecuciones, muertes en extrañas circunstancias y conspiraciones. Conoció el exilio de la mano de su padre Murtaza Bhutto que fue asesinado a tiros en 1996. Su tía, Benazir, fue la primera mujer en gobernar un país musulmán y también murió asesinada después de un mitin político el 27 de diciembre de 2007. Fatima creció en el seno de una familia marcada por el glamur y la polémica, ha vivido con el sufrimiento de ver morir a su padre pero la supervivencia ha sido siempre su motor. Actualmente vive fuera de Pakistán y ejerce su activismo climático y feminista desde la trinchera de la escritura: "Como pakistaní tengo el deber de dar voz a causas que importan. Lo hago a través de la escritura porque siento que es un acto importante. Presenciar, recordar y archivar cosas que mucha gente o los poderes quieren olvidar".