En la política, como en el fútbol, también vale el gol en el descuento

Vivimos tiempos tan extraños que el sábado se nos cruzó la hora del aperitivo con la constitución de los ayuntamientos, incluso hubo uno, el de Barcelona, que fue a la prórroga y acabó con sorpresa y una expresión pronunciada por todo un señor de la burguesía catalana, Xavier Trias, que espetó un expresivo "que us bombin", que os zurzan, cuando se le escurrió la alcaldía entre los dedos. Esta no se la esperaba el candidato.

Tiempos raros en los que la campaña electoral marca estos primeros días, ya casi veraniegos, más dados a los placeres deportivos desde el sofá que a los mítines a pleno sol. Ya en nada empieza el Tour, acabó la fase de ascenso a primera de la liga Española con el Alavés en primera gracias a un gol en el último minuto.

Y, ayer, la Selección Española de Fútbol se jugó una final y la ganó. Casi se nos había olvidado que todavía quedaba un torneo, torneo extraño, por cierto, por jugar, y España ganó casi como el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, en los penaltis.

Ahora ya sí, ya tenemos la temporada futbolística finiquitada, ya solo nos queda por finiquitar la política, y esta nos va a costar un poco más, hasta el 23 de julio, día de las lecciones.

Hoy, aquí en la SER y en El País, publicamos una nueva encuesta de 40dB, según la cual, y por primera vez, PP y Vox tienen al alcance la mayoría absoluta, y como ahora ya sabemos que los populares han normalizado pactar con la ultraderecha, ya no hace falta que hablemos de hipótesis: si suman, gobernarán en coalición.

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Y es que, además, los pactos con Vox no parecen pasarle factura al PP, que ha conseguido instalar el marco de la derogación del "sanchismo" como único eje de la campaña y sus electores, mayoritariamente, se lo han comprado. Ha desaparecido la ideología, han desaparecido los principios, y adquiere protagonismo el voto a la contra. Queda todavía mucha campaña por delante y hasta que no se cuenten los votos no hay resultado, pero toda la demoscopia, excepto la del CIS, marca la misma tendencia. A la izquierda parece que le toca remar contra corriente. Pero en la política, como en el fútbol, ya lo han visto, también vale el gol en el tiempo de descuento.