Hamás reivindica un ataque con disparos en Cisjordania que ha dejado cuatro israelíes muertos

La tensión en Oriente Próximo aumenta con el paso de los días. Cuatro israelíes murieron este martes en un ataque palestino con disparos en una gasolinera cerca de una colonia israelí en Cisjordania ocupada, y otros cuatro resultaron heridos, uno de ellos grave. Los dos atacantes palestinos -al menos uno de ellos miembro del grupo islamista Hamás- también murieron.

Todo empezó cuando los agresores -según la prensa, dos personas que se acercaron al lugar en un coche- dispararon en un restaurante de humus y una gasolinera cercana al asentamiento de Eli, en el centro-norte de Cisjordania, en el que es el ataque con más víctimas mortales israelíes desde el pasado enero.

Inicialmente, los servicios de emergencia israelíes trataron a ocho heridos sobre el terreno, tras lo cual declararon a cuatro de ellos muertos tras intentos de reanimación infructíferos. El resto de personas con heridas fue trasladado de emergencia al hospital.

Por su parte, uno de los atacantes murió abatido a tiros por un civil israelí que le disparó en el lugar de los hechos. Era un palestino de 26 años del pueblo de Urif, cerca de la urbe de Nablus. Hamás, que emitió un primer comunicado celebrando el ataque, confirmó posteriormente que este era miembro de su ala armada, las Brigadas Al Qasam, y en el pasado estuvo encarcelado por Israel.

El otro atacante escapó de la escena con un vehículo robado, y tras tareas de búsqueda fue localizado y murió por disparos de bala de fuerzas israelíes en las cercanías de la urbe de Tubas. "Durante el tentativo para detener al sospechoso, éste intentó escapar del coche, recibió disparos y fue neutralizado", declararon en un comunicado conjunto el Ejército, la Policía Fronteriza y el Servicio de Inteligencia Interior israelí.

Un portavoz del Ejército israelí aseguró que ambos atacantes pertenecían a Hamás. "La resistencia continuará sus ataques y responderá con toda su fuerza a los crímenes de la ocupación sionista", afirmó el grupo.

Por otro lado, el movimiento palestino Yihad Islámica también celebró el ataque, que consideró que "se enmarca en el contexto del ejercicio del derecho legítimo a la autodefensa", siendo una "respuesta natural a la escalada de crímenes" de Israel "contra el pueblo palestino".

Tras lo sucedido, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, se reunió esta tarde con el jefe del Estado Mayor del Ejército y otros altos cargos del aparato de seguridad para evaluar la situación, informó una portavoz del Ministerio de Defensa.

Se trata de uno de los ataques palestinos más mortíferos en lo que va de año, después de que siete israelíes murieran el pasado enero en otro atentado con disparos cerca de una sinagoga en un asentamiento de Jerusalén Este ocupado.

Este ataque se produce al día siguiente de que Cisjordania viviera ayer una de sus jornadas más violentas, con fuertes enfrentamientos armados durante 9 horas en Yenín entre milicianos palestinos y tropas israelíes, en los que murieron 6 palestinos y 90 resultaron heridos; además de otro palestino muerto en otro incidente con el Ejército cerca de Belén.

Cisjordania ocupada vive su mayor pico de violencia desde la Segunda Intifada, con 134 palestinos muertos en lo que va de año, muchos de ellos milicianos pero también civiles -incluyendo 22 menores-, la mayoría en enfrentamientos armados con tropas israelíes, que han intensificado sus redadas en la zona.

En paralelo, la zona ha visto la proliferación de nuevos grupos armados palestinos, del número de ataques de éstos contra israelíes, así como de las agresiones de colonos. De lado israelí, con los de hoy, han muerto 25 personas, la mayoría colonos y al menos tres de ellos menores, víctimas de ataques palestinos.